Los animales de granja y los cultivos se ven afectados por el suave invierno vivido hasta ahora

Los sectores agrícola y ganadero sufren en gran medida los desequilibrios climáticos. En el caso de los primeros, la ausencia de heladas, necesarias para acabar con algunos hongos y bacterias, obligará a hacer un uso más elevado de los tratamientos fitosanitarios. Los criadores de ganado, por su lado, ven cómo la bonanza climatológica redunda en un crecimiento excesivo de su producción.

El director de la lonja agropecuaria de Bellpuig (Urgell), una de las más importantes de España, Ramon Torres, ha señalado en declaraciones a El Periódico de Cataluña, que las cálidas temperaturas que se han registrado en Cataluña están provocando que los plazos de crecimiento de los pollos se adelanten hasta seis días. Si un ave suele tardar 48 días en engordar hasta los dos kilos, ahora, con esta bonanza, alcanzan el peso en apenas 42 días, indicaron fuentes del sector avícola.

Esta situación está provocando una sobreoferta de pollo, lo que redunda en una caída del precio. La semana pasada, cayó casi el 33 % . La cotización se ha mantenido estable gracias a que el consumo se ha reactivado ligeramente estos días.
Torres afirmó que en sus 15 años de ejercicio en el mercado de Bellpuig nunca antes había vivido una situación así. El precio del pollo, a 60 céntimos de euro, se situó, incluso, por debajo del coste de producción: 80 céntimos por unidad.

En cuanto al ganado porcino, el responsable de Unió de Pagesos (UP) para este sector, Rossend Saltiveri, afirmó que las consecuencias de la bonanza repercuten en un mayor crecimiento de los cerdos: "Están creciendo más de lo que es normal". Según relata, los marranos, en verano, acostumbran a comer poco, a causa del calor, pero en invierno sí se alimentan para protegerse del frío. El problema reside en que, dada la suavidad de las temperaturas, apenas queman calorías.

Ello provoca que, con el mismo número de cerdos, la oferta de kilos de carne haya aumentado entre un 5 % y un 6 % . Y que su precio, en la lonja, haya disminuido hasta los 92 céntimos por kilo. Sin embargo, coinciden ambos entendidos, la rebaja del precio no se traslada al consumidor sino que "se pierde" por el camino, por lo que cabe deducir que también gracias al clima hay quien hace su agosto.

Los productores de fruta están también atentos a los termómetros. Ellos necesitan de unos cuantos días de frío intenso para erradicar plagas. "Lo que peor resisten las bacterias y los hongos es una helada. Si eso no ocurre, se tendrán que aplicar más tratamientos fitosanitarios que otros años", indicó el portavoz de la UP en Lleida, Víctor Mateu.

Los sulfatos suponen, además, un encarecimiento en los costes de producción. La bonanza meteorológica ha precipitado la floración de los almendros, que se han adelantado casi dos semanas a su ciclo habitual. Los payeses temen perder la cosecha si se produce alguna helada en los próximos días.