El Consejo Europeo de Investigación (CEI) dará becas de hasta 500.000 euros

Becas de hasta 500.000 euros anuales para «investigadores avanzados» serán posibles ya este mismo año gracias al Consejo Europeo de Investigación (CEI), un nuevo organismo comunitario que, desde ahora hasta el año 2013, destinará un total de 7.510 millones de euros para becas.

En este primer año de funcionamiento, el CEI convoca las denominadas «becas de comienzo», dirigidas a investigadores con una experiencia doctoral de entre 2 y 9 años, y las «becas para investigadores avanzados». En el primero de los casos, su cuantía media rondará los 150.000 euros anuales, y en el segundo, las ayudas oscilarán entre los 100.000 y los 500.000 euros anuales durante un máximo de cinco años.

El CEI fue presentado recientemente en Madrid, y más concretamente en la sede del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en un solemne acto que contó con la asistencia del secretario de Estado de Universidades e Investigación, Miguel Ángel Quintanilla, y del presidente del Comité Científico del propio CEI, Fotis Kafatos, entre otras muchas personalidades de gran relieve internacional.

A lo largo de la jornada, se hizo hincapié en que «el CEI pretende estimular la excelencia científica de los científicos, ingenieros y académicos más creativos y animarlos a abrir vías de investigación novedosas más allá de las fronteras actuales del conocimiento y de los compartimentos de cada disciplina». Como novedad, también se subrayó que el mencionado organismo europeo «gozará de una estructura independiente de la Comisión Europea», lo que a su vez «permitirá identificar prioridades por estrictos criterios de excelencia científica». Y todo ello, en fin, le dará «una amplia flexibilidad a la hora de identificar nuevas oportunidades de investigación», en palabras de Fotis Kafatos, que se mostró convencido de que «Europa, por fin, está empezando a hacer las cosas bien» en el terreno de la investigación.

No en vano las becas anunciadas tienen como propósito «impulsar la autonomía de los jóvenes científicos y académicos, europeos o no, que trabajan o quieren instalarse en Europa». Según el CEI, «esto supone un reto y una oportunidad, tanto para ellos como para los centros científicos donde desarrollan su labor», pues «ambas partes se enfrentan a una competición global por la excelencia científica y, a la vez, se pueden beneficiar de este fuerte incentivo para mejorar la calidad de su labor investigadora».