El Reino Unido establece una segunda zona de protección contra la fiebre aftosa

Las autoridades británicas establecieron el pasado lunes una segunda zona de protección contra la fiebre aftosa en el condado de Surrey (sureste de Inglaterra) y reconocieron que una explotación, cuyo ganado fue sacrificado, no estaba contaminada con este mal.

El Ministerio de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales señaló que temía un nuevo foco de la enfermedad en una explotación ganadera cercana a la aldea de Dorkin, al este de la zona de vigilancia -de un radio de 10 kilómetros- establecida en las inmediaciones de las dos granjas donde ha sido detectado el virus.

Ante esta posibilidad, y como medida de precaución, se estableció una zona de protección temporal de tres kilómetros alrededor de esa granja. Esta misma cautela fue aplicada a las 362 reses de otra explotación situada cerca de los dos primeros focos, debido a que el Ministerio temía que hubiera habido «un contacto peligroso» con el virus de la fiebre aftosa. Sin embargo, los resultados de los análisis dieron negativo.

Desde el comienzo de la crisis, el 3 de agosto, sólo ha habido dos casos confirmados de manadas que han contraído el virus. En la granja cercana a Dorkin, las pruebas iniciales en los terneros dieron resultados «poco concluyentes», por lo que se harán otros análisis, según dijo el Ministerio.

Respecto al origen de la infección, el Gobierno británico, basándose en un informe preliminar epidemiológico, reiteró que es «muy probable» que el virus proceda del centro de investigación animal de Pirbright, situado a unos kilómetros de la primera explotación ganadera afectada. Pero por el momento se desconoce cuál de los dos laboratorios que alberga -el de la farmacéutica Merial y el del Instituto para la Salud Animal- ha sido el causante.