Se necesitan veterinarios especializados en clínica de grandes animales en el nordeste de los EE.UU.

La escasez de veterinarios dedicados a la clínica de grandes animales en la zona nordeste de los EEUU está preocupando a los políticos de estos estados, que estudian medidas para incentivar a estos profesionales.

Lo que se conoce como región nordeste comprende los estados de Maine, New Hampshire, Vermont, Massachussets, Rhode Island, Connecticut, Nueva York, New Jersey y Pennsylvania. Esta región posee características marcadamente urbanas, sobre todo en la franja costera, pero la ganadería sigue siendo una actividad de cierta importancia en las zonas del interior.

Conocida en la época colonial como Nueva Inglaterra, esta es una región húmeda y relativamente montañosa, y es donde antaño radicaban la mayor parte de las explotaciones lecheras de vacuno de los EE.UU aunque en las últimas décadas la producción de leche se ha desplazado más hacia los estados del oeste, principalmente California, en el nordeste esta actividad sigue teniendo importancia, y se caracteriza por explotaciones relativamente pequeñas de carácter familiar, muy diferentes de las explotaciones industriales que han proliferado en el oeste y que ahora acaparan la mayor parte del volumen de la producción.

Por otra parte, en esta región es también abundante el censo caballar, en su mayoría en pequeñas cuadras particulares que abundan por la gran pasión de los estadounidenses por los caballos y por el estilo de vida rural.

En la región noroeste existen únicamente tres facultades de veterinaria, pero además la especialidad de grandes animales cada vez atrae a menos estudiantes. De los 2.500 nuevos licenciados que salen cada año de las facultades del conjunto de los EE.UU solamente el 10 % de decanta por la clínica de grandes animales. Por citar un ejemplo, de los 811 veterinarios que hay en el estado de New Hampshire, solamente 63 trabajan con ganado de abasto (vacuno, ovino, caprino y porcino), y hay algunos otros que trabajan solamente con caballos.

Los motivos de esta escasez hay que buscarlos en la incomodidad del trabajo, con la necesidad de largos desplazamientos por carretera y amplios horarios, junto con una remuneración que no es muy atractiva para los estándares estadounidenses. De acuerdo con la Asociación Americana de Medicina Veterinaria, el salario de inicio para un veterinario recién licenciado fue en 2006 de 45.546 dólares (31.358 euros, es decir, 2613 euros/mes), mientras que como media, uno de éstos estudiantes debe unos 105.805 dólares de su formación (en los EE.UU es muy común que los estudiantes paguen parte de sus estudios con préstamos de entidades públicas o privadas, debiendo devolver éste en los primeros años de ejercicio profesional).

Por tanto, lo que a un veterinario español le puede parecer un suledo muy elevado, a un estadounidense no le resulta suficiente porque la formación allí es mucho más cara. Puede, por tanto, ser un campo atractivo de expansión profesional para veterinarios españoles que tengan una mínima experiencia en grandes animales, dominen el inglés y contemplen la posibilidad de trasladar su residencia a los EE.UU. En este perfil descrito podrían encajar seguramente muchos recién licenciados en Madrid.

Entre las medidas que se están estudiando en algunos de estos estados se encuentra el ofrecer estos préstamos en condiciones más atractivas, e incluso el eximir del pago de una parte del préstamo, para los estudiantes que decidan especializarse en grandes animales. En otros estados, como es el caso del de Nueva York, están facilitando el acceso de veterinarios canadienses, al eximirlos de la exigencia de residencia en los EE.UU para poder ejercer en su territorio.

Fuente: AGROINFORMACION