Sacrifican en Inglaterra a otras 24.000 aves de cuatro granjas diferentes por "precaución" ante el brote de gripe aviar de Suffolk

Unas 24.000 aves de cuatro granjas avícolas del este de Inglaterra serán sacrificadas como "medida de precaución" después de que el martes se confirmara que la cepa detectada en pavos de otra explotación en Suffolk era la cepa H5N1 de la gripe aviar.

Un portavoz del Gobierno británico ha confirmado esta nueva medida, tras precisar que aún no se tenía constancia de que esas aves, todas ellas pavos, hubieran contraído el virus gripal.

En la explotación afectada de Redgrave Park, cerca de la localidad de Diss, en la frontera entre los condados vecinos de Suffolk y Norfolk, y donde se detectó esta cepa el pasado domingo, se han sacrificado 6.500 aves.

Una de esas cuatro nuevas zonas donde se procede a la matanza de aves se sitúa dentro del área de protección establecida por el Gobierno de tres kilómetros de diámetro alrededor de la granja afectada. El Gobierno también delimitó otra área de vigilancia de diez kilómetros, dentro de la cual se ubican las otras tres
explotaciones.

En esos lugares protegidos, se ha restringido el movimiento de aves y las aves de corral deben mantenerse aisladas de las silvestres. Además se han prohibido las ferias avícolas. 

Las autoridades británicas han investigado cualquier "contacto peligroso" entre la granja donde se detectó el brote y otras cercanas, bien mediante humanos, animales salvajes o movimiento de pájaros.

"A estas alturas, no hemos confirmado el virus en ninguna de estas cuatro granjas", aclaró el veterinario asesor del gobierno, Fred Landeg, quien precisó que las medidas adoptadas eran de "precaución" para "prevenir cualquier propagación potencial de la enfermedad".

Además, este portavoz del Gobierno instó a los cuidadores de animales a mantener una actitud "extremadamente vigilante" para detectar otros posibles signos del virus y para practicar "las más altas medidas de bioseguridad".

Más de 160.000 aves fueron sacrificadas el pasado febrero después de que se registrase un brote de la cepa más virulenta de la enfermedad en una granja de pavos también en Suffolk.

La industria avícola está preocupada por el impacto de la noticia en los consumidores aunque la Agencia de Estándares Alimentarios asegura que el virus no representa un peligro para la salud siempre y cuando se cocinen como es debido los huevos y las aves.