La UE revisará las normas para el etiquetado de los alimentos

La Comisión Europea adoptó ayer una propuesta para que las etiquetas de los productos alimenticios sean más claras y se adapten mejor a las necesidades de los consumidores europeos. El objetivo de este proyecto de Reglamento consiste en modernizar y mejorar las normas de la UE sobre etiquetado de los productos alimenticios, para que los consumidores dispongan de la información fundamental que necesitan, de manera que la puedan leer y comprender fácilmente y puedan decidir sus compras bien informados.

Con arreglo a esta propuesta, todos los alimentos preenvasados deberán exponer la información básica sobre nutrición en la parte frontal del envase. Asimismo, se establecen los requisitos generales sobre la presentación de la información básica sobre nutrición en las etiquetas de los productos alimenticios, si bien los Estados miembros pueden promover medidas nacionales complementarias, siempre que no contradigan las normas comunitarias.

Por motivos de salud pública, el proyecto de Reglamento amplía los requisitos existentes sobre el etiquetado de alergenos para incluir los alimentos no preenvasados, como la comida vendida en restaurantes y otros establecimientos de restauración. La industria también deberá beneficiarse de las nuevas normas propuestas, ya que instauran un marco legislativo más claro y armonizado para el etiquetado de los productos alimenticios y establecen unas condiciones equitativas para todos los operadores. El proyecto de Reglamento se ha elaborado después de amplias consultas con las asociaciones de consumidores, la industria y otras partes interesadas.

Markos Kyprianou, Comisario responsable de Sanidad, ha declarado que «las etiquetas de los productos alimenticios pueden tener una influencia enorme sobre las decisiones de los consumidores a la hora de comprar. Unas etiquetas confusas, sobrecargadas o engañosas pueden ser más obstáculo que ayuda. Esta propuesta se propone garantizar que las etiquetas de los alimentos contengan la información fundamental de manera clara y legible, para que los ciudadanos europeos puedan tomar decisiones equilibradas en materia de nutrición.»

Hoy en día los consumidores sufren un bombardeo de información sobre los alimentos que compran. Por otra parte, esta información se presenta de una forma cada vez más diversa y compleja y la calidad de las etiquetas de los productos alimenticios varía mucho entre los distintos productos y entre los Estados miembros. La investigación muestra que numerosos consumidores se sienten confundidos o desbordados con las modernas etiquetas de los alimentos y les cuesta identificar la información básica. El objetivo de la propuesta de la Comisión es que los consumidores tengan un acceso fácil a la información más importante que aparece en las etiquetas y que su presentación tenga cierto nivel de uniformidad en los veintisiete Estados miembros.

Al mismo tiempo, las nuevas medidas propuestas son flexibles en relación con los cambios del mercado y pretenden fomentar la innovación de la industria alimentaria.

Una información clara, exacta y pertinente en las etiquetas de los productos alimenticios puede servir para que los consumidores identifiquen exactamente lo que compran y lo que comen. La presente propuesta exige que el contenido de energía, grasas, grasas saturadas, carbohidratos con referencia específica a la sal y los azúcares, por porción o por 100 ml/g del producto se exponga con claridad en la parte frontal del envase. Además, deberá indicarse la proporción de esos elementos de la ingesta de referencia (por ejemplo, cantidad diaria recomendada).

De lo que más se quejan los consumidores en relación con las etiquetas de los productos alimenticios es que no consiguen encontrar o leer la información que buscan. Con frecuencia, la información fundamental aparece con letra muy pequeña, está escondida o se confunde en medio de lemas publicitarios. Por consiguiente, el proyecto de Reglamento sienta los principios generales sobre etiquetado de los productos alimenticios que debe respetar la industria. Se exige, entre otras cosas, que la etiqueta sea legible (con un tamaño de letra de 3 mm por lo menos), clara y exacta y que la presentación de la información voluntaria no desvirtúe la presentación de la información obligatoria.

Dados los graves riesgos que pueden presentar los alergenos para la salud, el proyecto de Reglamento propone que se etiqueten todos los alimentos que contengan sustancias alergénicas (como cacahuetes, leche, mostaza o pescado) o que se indique claramente la presencia del alergeno de otra forma. Esto constituye una nueva etapa frente a los actuales requisitos en materia de etiquetado de alergenos, que sólo hacen referencia a los alimentos preenvasados. Con arreglo a la nueva normativa, los alimentos sin envasar y la comida servida en restaurantes u otros establecimientos de restauración también deberán indicar la presencia de alergenos, para proteger mejor a quienes son susceptibles de sufrir reacciones ante dichos productos.