Detenidos 12 cazadores furtivos que organizaban cacerías de especies protegidas en Madrid, Toledo y Salamanca

La Guardia Civil ha detenido a 12 personas en las provincias de Madrid, Toledo y Salamanca y ha imputado a una más, todas ellas de nacionalidad española, por llevar a cabo cacerías furtivas en diversos puntos de España. Organizaban cacerías ilegales de especies protegidas como la avutarda, el turón y otras rapaces nocturnas, por lo que están acusados de asociación ilícita, tenencia ilícita de armas de fuego prohibidas y otros relativos a la Protección de la Flora y la Fauna. Se trata de la mayor operación contra la caza ilegal llevada a cabo hasta ahora, y ha sido bautizada como "Operación Bambi".

La forma de moverse y actuar de estas personas mostraba una total preparación, fruto de la experiencia en el deporte de la caza, en el manejo de las armas y el equipamiento que portaban, de última generación, además de contar con conocimientos cartográficos y del terreno. Se les ha intervenido numerosas armas de caza, silenciadores, focos y miras telescópicas, una taxidermia ilegal, además de una prensa y un torno, utilizados para la fabricación de silenciadores, comúnmente conocidos como chupetes. En la operación se han incautado cerca de 500 trofeos de caza (cabra hispánica, venados, jabalíes, muflones, gamos, rebecos) y especies protegidas como la avutarda, el turón y otras rapaces nocturnas, así como crías de animales congeladas.

Las investigaciones se iniciaron a finales del pasado año y la Guardia Civil pudo constatar que el grupo estaba distribuido por distintas regiones, concretamente Madrid, Castilla la Mancha y Castilla León, donde se unían de forma esporádica para realizar la práctica ilegal de este deporte.

Seguidamente, se solicitó la colaboración del Servicio de Protección de la Naturaleza de Toledo. A lo largo de los meses que ha durado la investigación, los integrantes del Seprona han recogido en distintos puntos muestras de varios animales decapitados, presuntamente abatidos por los ahora detenidos que, tras obtener el trofeo, abandonaban los cuerpos que no eran de su interés. Además, los agentes han podido comprobar que el grupo de Toledo tenía personas que se encargaban tanto de organizar las cacerías con los clientes interesados como de la fabricación de silenciadores, que posteriormente eran vendidos a clientes de toda España. Así, una de las personas ahora detenidas se encargaba de practicar dobles fondos en los automóviles para evitar que se localizaran las armas ilegales en los traslados. Los integrantes del grupo de Salamanca fueron descubiertos cuando, en el marco de la investigación establecida sobre la primera cédula, se observó la compra de silenciadores, por lo que también fueron sometidos a vigilancias.

El 1 de marzo se tuvo conocimiento de una posible cacería ilegal por parte del grupo de Toledo, que se celebraría en la provincia de Guadalajara. Los agentes desplegaron un operativo que se saldó con la detención de los implicados, todos españoles.

En los registros efectuados en esta localidad se intervinieron 53 armas (rifles, escopetas, carabinas), cuatro silenciadores (uno oculto en un zulo practicado en un vehículo), gran cantidad de machetes y cuchillos, cinco vehículos, cuatro de ellos con un doble fondo. Además, en la provincia de Toledo fue descubierta una taxidermia ilegal, donde supuestamente llevaban los animales abatidos para ser disecados. En Salamanca se realizaron dos registros en taxidermias, donde se intervinieron trofeos y especies protegidas.