El MAPA y la AESAN transmiten un mensaje de tranquilidad ante las dos muertes por la variante humana del mal de las vacas locas
El Ministerio de Agricultura (MAPA) y la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) insisten en que las dos muertes provocadas por la variante humana del mal de las "vacas locas" no suponen "que estemos ante un problema de seguridad alimentaria, ya que los contagios fueron anteriores a 2001".
Así lo explicaron el pasado martes el director general de Ganadería, Carlos Escribano, y el director ejecutivo de la Aesan, Ignacio Arranz, durante una reunión mantenida con el sector ganadero para analizar las medidas adoptadas para controlar el mal de las "vacas locas" y la posible incidencia de las muertes de su variante humana dadas a conocer ayer.
Escribano ha señalado que los pacientes fallecidos por esta enfermedad se contagiaron con anterioridad a 2001, que fue el año en que se pusieron en marcha todas las medidas de control y erradicación de la encefalopatía espongiforme bobina (EEB), más conocida como mal de las "vacas locas".
Ha recordado que estas medidas se apoyaban en cuatro pilares, la prohibición de las harinas cárnicas en los piensos para animales, la
retirada de los materiales específicos de riesgo (MER) de la cadena alimentaria, el análisis sistemático de todas las reses de más de 24 meses que entraban a matadero y el Plan de Erradicación.
Ha destacado que las medidas adoptadas entonces han funcionado correctamente y han permitido que de aquí a 2010 se pueda dar por
erradicada la EEB, ya que la prevalencia de esta enfermedad en España ha evolucionado tal y como se esperaba.
Así ha informado de que desde que se detectara la primera vaca loca española, en noviembre de 2000, se han contabilizado un total de 727 casos de reses infectadas, con dos reses enfermas en el año 2000; otros 82 casos en 2001; en 2002, 127; en 2003, 167; 137 en 2004; en 2005, otros 98; en 2006 apenas 68; 39 el año pasado y siete en lo que va de 2008.
Escribano espera no pasar de los 24 casos este año por lo que la enfermedad en la cabaña ganadera está en vías de extinción.
Ha apuntado que ni la Administración ni el sector ganadero espera una caída del consumo de la carne de vacuno en los próximos meses porque la sociedad está suficientemente informada acerca del mal de las "vacas locas" y tiene plenas garantías de seguridad alimentaria frente a contagios de EEB.
En este sentido desde la Aesan, Ignacio Arranz ha indicado que los exhaustivos controles de trazabilidad aplicados a las carnes desde 2001 garantizan la seguridad alimentaria de todas las carnes que entran en la cadena y llegan al consumo.
Ha reiterado que los dos fallecimientos dados a conocer ayer por la variante humana del mal de las "vacas locas" eran previsibles, ya que hasta
que en 2001 se adoptaron las medidas de prevención y erradicación de la enfermedad en la cabaña ganadera la sociedad estuvo sometida a cierto riesgo.
Ha querido insistir que en ambos casos los pacientes se contagiaron antes de 2001, aunque los fallecimientos se hayan producido tantos años después, ya que la enfermedad se desarrolla en un periodo de entre seis y doce años.
El responsable de ganadería de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), Román Santalla, ha indicado que el sector ganadero y cárnico ofrece unos sistemas de trazabilidad y control de la seguridad alimentaria con los estándares más elevados de garantías para el consumidor.
Ha recordado, además, que ninguno de los animales que han dado positivo en los test de detección de la EEB en el matadero nacieron con posterioridad a 2000, por lo que la enfermedad ganadera se puede dar por erradicada.
En este sentido, el representante de COAG, Andoni García, ha insistido en que las medidas de control y erradicación han funcionado y deben mantenerse para garantizar la seguridad alimentaria que es la máxima responsabilidad de los ganaderos de cara a la sociedad