Uno de cada cuatro perros sufre obesidad, según un estudio realizado por Laboratorios Esteve
El 25 % de los perros sufre obesidad debido al sedentarismo, el exceso de comida y la ingesta de golosinas, según un estudio de Laboratorios Esteve. Además solo uno de cada tres canes sigue algún tratamiento contra el sobrepeso, pese a los riesgos que este trastorno comporta para su salud, parecidos a los que suponen para las personas.
Los perros obesos tienen tendencia a sufrir problemas cardiopulmonares, diabetes y artritis, así como alteraciones en la función reproductora y un mayor riesgo en las cirugías. A consecuencia de todo ello, la obesidad puede acortar hasta en dos años la esperanza de vida del animal, según estudios recientes.
Para el director general de Esteve Veterinaria, Emilio Gil, el problema se "acentúa" por la falta de tiempo libre de los amos. Si el dueño no hace ejercicio físico, el perro tampoco lo hará.
"El problema se acentúa además por la falta de tiempo libre y el consumismo de nuestra sociedad que hacen que a la mascota de la familia se le consienta casi todo, incluidos malos hábitos alimenticios como el picoteo y las golosinas que se le dan como premio o muestra de afecto", ha añadido Gil.
Ciertas razas caninas presentan un mayor riesgo de padecer obesidad, como el labrador, cocker spaniel, golden retriever, beagle, teckel, pastor de shetland, basset hound y el terrier. El sobrepeso es también mayor entre las hembras y entre los perros y perras castrados, que presentan el doble de probabilidades de sufrirlo.
En el caso de los perros, el peso varía según la raza y hay márgenes aceptados dentro de cada una, por lo que resulta difícil determinar si un animal es obeso únicamente por su peso.
Sin embargo, existen señales que pueden indicar un exceso de kilos, como la dificultad para palparle las costillas, el agotamiento o poca resistencia del animal al ejercicio después de un largo paseo o de jugar en el parque, y la observación de que el perro esté continuamente hambriento.