Un proyecto de recuperación logra frenar la mortalidad del águila imperial en Doñana

El plan de recuperación del águila imperial en Doñana, puesto en marcha por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en 2006, ha logrado frenar la mortalidad del ave más amenazada de toda Europa. Además, la producción anual de pollos se ha triplicado en este tiempo, pasando de 3,5 a 10,5 crías al año. 

"Con técnicas de radioseguimiento, localización de ejemplares y seguimiento genético con amplificación de ADN de plumas, se ha podido comprobar que la mortalidad ha vuelto a valores normales, como consecuencia de la provisión sostenida de conejos vivos en los territorios, lo que ha disminuido las salidas de las águilas de Doñana, y los planes para la erradicación del uso de venenos", detalla Miguel Ferrer, coordinador del proyecto

Durante los cuatro años de duración prevista del plan -termina en 2010- se pretende alcanzar de nuevo un mínimo de 10-12 parejas reproductoras y una producción sostenida de 9-14 pollos al año. 

Los científicos impulsaron este plan de recuperación después de identificar un mecanismo que aceleraba la extinción de águilas imperiales en Doñana. Ferrer, junto con el también investigador del CSIC en la Estación Biológica de Doñana Vincenzo Penteriani, descubrió una relación invertida entre la densidad y la fecundidad en las poblaciones. "Cuando disminuía la densidad de las poblaciones de las imperiales, su fecundidad media también descendía, de forma contraria a lo que predicen las leyes biológicas, lo que aceleraba la velocidad de extinción de la especie en la zona", cuenta Ferrer. 

El CSIC explica que, según las formas de regulación de las poblaciones que se dan en la naturaleza, cuando una población decrece en exceso, la fecundidad aumenta para recuperar la densidad, mientras que cuando ésta crece demasiado, la fecundidad baja para evitar un crecimiento excesivo de la población. 

Sin embargo, debido a la alta mortalidad que mantuvo el águila imperial en Doñana de 1992 a 2004, este mecanismo de regulación se invirtió. En este periodo sus poblaciones se redujeron un 50 % . Así, de las 15-16 parejas habituales durante la última mitad del siglo XX se pasó a 7-8. Los análisis revelaron que esta reducción se debió al aumento de la mortalidad de los adultos, que pasó del 6 % al 12,1 % . 

El 61 % de los ejemplares adultos aparecidos muertos durante el citado periodo fueron envenenados. "La aparición de veneno en Doñana y su entorno parece estar asociada a la disminución de los conejos tras la enfermedad de la neumonía vírica. Al disminuir la densidad de los conejos, las águilas tuvieron que ampliar su área de campeo al exterior del parque, zonas donde se habían aumentado los esfuerzos para eliminar al zorro y otros predadores usando todo tipo de métodos, legales e ilegales, como el veneno. Afortunadamente, este efecto ha remitido en los últimos años", comenta Ferrer. 

La sustitución de las águilas adultas muertas por ejemplares jóvenes amortiguó durante los primeros años la caída de la densidad de la población, pero a partir de un determinado umbral, cuando se agotaron los individuos jóvenes capaces de cubrir las bajas, las sustituciones cada vez se demoraban más. "Como las águilas tienen un ciclo reproductor que les ocupa ocho meses, cualquier demora que se produzca durante este periodo en la sustitución de algún miembro de la pareja impide que se puedan reproducir ese año, lo que afecta a la fecundidad, que a su vez limita la disponibilidad futura de águilas para sustituir las bajas", concluye el investigador.