48 detenidos en Gredos en la mayor redada por furtivismo desarrollada en nuestro país

Cazaban de noche, con armas con el número de serie borrado y con silenciador. Quien quería abatir en la sierra de Gredos alguna especie protegida contactaba con la red a través de anuncios en la prensa especializada. Por entre 2.500 y 5.000 euros, un guía los llevaba a la zona y les ponía a tiro un macho de cabra hispánica. Otros vigilaban e interceptaban la radio de la Guardia Civil por si una patrulla los detectaba. Cuando el animal caía, los cazadores abandonaban el lugar. Otros se encargaban de recogerlo, arrancarle la cabeza, deshacerse del cuerpo y guardar el trofeo. Así actuaba, según la Guardia Civil, la mayor red de caza furtiva detectada hasta la fecha, de la que ha detenido a 48 personas.

La investigación comenzó en Gredos (Avila) y se amplió a Toledo, Cáceres, Madrid y Ciudad Real.

La operación se saldó con la intervención de 350 trofeos de animales, 58 de ellos machos de cabra hispánica, muy apreciada por su cornamenta. Las autonomías subastan el número de ejemplares que se pueden cazar en Gredos, y en la última puja el precio alcanzó los 8.000 euros, superior a los que pagó la veintena de cazadores detenidos.

Tras una detención de un cazador en verano pasado, la Guardia Civil comenzó a cercar la trama, y en las últimas tres semanas ha detenido a 48 personas en Ávila, Madrid, Castilla-La Mancha y Extremadura. La mayoría de los detenidos (18) residía en Candeleda (Ávila), aunque también hubo cacerías en la sierra de Ávila, según revelan la aparición de corzos y lobos, propios de esa zona. El subdelegado del Gobierno en Ávila, César Martín, explicó que en 2004, en una gran redada contra la caza ilegal, ya fueron detenidos algunos de los integrantes de la red.

La operación, denominada "Almanzor" (uno de los picos de Gredos), incluyó la detención de cuatro taxidermistas, uno en Madrid y tres en Talavera de la Reina (Toledo). Una veintena de los detenidos son los cazadores que pagaban por las piezas.

Los agentes se incautaron de 28 armas, 8 silenciadores, 3 pistolas, 2 revólveres, 3 arcos, 130 precintos (necesarios para homologar la pieza al disecarla), 17 emisoras y miras telescópicas. Entre los animales había hasta tres leones.

La Guardia Civil les atribuye un delito contra la flora y la fauna, otro de falsificación (por manipular los permisos), tenencia ilícita de armas, e intentará agravar la acusación con la de asociación ilícita, reservado para las grandes tramas criminales.

Fuente: EL PAIS