Colvema y la OCV, junto a numerosas entidades, se manifiestan en contra de la moción Europea que quiere prohibir el uso de antibióticos esenciales en animales
En 2022 entra en vigor una nueva normativa europea sobre medicamentos veterinarios (VER FICHA INFORMATIVA), que incluye numerosas medidas y restricciones para contener las resistencias antimicrobianas en animales, refleja los antimicrobianos que se reservarán en exclusivo para los seres humanos y cuenta con el respaldo científico de la Agencia Europea del Medicamento, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, OIE y OMS
Esta normativa avanza en la lucha contra la resistencia a los antibióticos en animales y personas bajo criterios científicos y profesionales, que atienden a la defensa de la salud pública y de la sanidad y el bienestar de los animales.
A pesar de ello, la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria (ENVI) del Parlamento Europeo, ha decidido presentar una moción, que obvia el criterio de los principales organismos científicos, para ampliar estas restricciones, que se vota en el Pleno del Parlamento Europeo esta semana.
En concreto, la propuesta de la ENVI incluye la prohibición del uso en animales de todos los antimicrobianos críticos de máxima prioridad de la Organización Mundial de la Salud (OMS): colistina, macrólidos, fluoroquinolonas de tercera y cuarta generación, así como cefalosporinas. De esta manera, ninguno de ellos se podrá utilizar en animales domésticos o de producción, a pesar de la recomendación de la propia OMS y del resto de organismos científicos.
La Federación Europea de Veterinarios (FVE), junto con la Plataforma Europea para el Uso Responsable de Medicamentos en los Animales (EPRUMA), han remitido una carta, a la que se han sumado la Organización Colegial Veterinaria española (OCV) y otras muchas organizaciones veterinarias, como es el caso de Colvema, para pedir a los miembros del Parlamento Europeo que voten en contra de la moción de la ENVI.
El motivo pricipal de la oposición de los veterinarios a su aprobación, es que haría un daño irreparable a la salud y bienestar animal, tanto en las granjas como en los hogares, poniendo en riesgo la salud pública, ya que más del 60% de las enfermedades infecciosas de los animales son transmisibles a los humanos.