El mundo taurino madrileño rinde homenaje en Las Ventas a la Casa de Misericordia de Pamplona
Dicen los entendidos que nunca se había llenado tanto la sala Antonio Bienvenida de la Plaza de las Ventas de Madrid como el pasado 2 de junio en el que se celebraba el homenaje que la Asociación de Veterinarios de Espectáculos Taurinos (AVET) y el Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid rendían a la Casa de Misericordia de Pamplona.
Allí estaba el mundo del toro madrileño, ganaderos, empresarios, veterinarios, prensa del sector, aficionados… recibiendo con un gran aplauso a los representantes de la Casa de Misericordia, a la alcaldesa Yolanda Barcina que la preside; al presidente de la Comisión Taurina de la Casa de Misericordia, José María Marco García-Mina; a su vicepresidente, Luis Arraizaya, José María de Andrés, vocal de la Junta de la Casa.
De izquierda a derecha: Javier Fernández, Santiago Malpica, Yolanda Barcina, Carlos Abella y Antonio Purroy
También a Antonio Purroy Unanua, director de las Jornadas sobre el Ganado de Lidia celebrado en la Universidad Pública de Navarra, que relató a los presentes la historia de la Casa y su apuesta por la Feria del Toro ya desde 1959 “ante el excesivo poder de las figuras y la pobre presentación habitual de las corridas”.
Les habló de los slogan de aquellos años fundacionales (“toros excelentes de presentación y sin arreglo de pitones para los toreros valientes que quieren torearlos”), de las ganaderías que acudían a la feria: las 42 veces llegaron toros de Miura, 27de Domecq, 25 del Conde de la Corte y otras tantas de PabloRomero, 23 Cebada Gago y ahí hacia abajo seguían Salvador Guardiola, Torrestrella, Fermín Bohorquez…
Habló de los toreros, de los trofeos conseguidos, de los encierros y sus cornadas, para concluir que, realmente, “Pamplona ha hecho mucho por la Fiesta”.
Javier Fernández Gómez, del Centro de Estudios Taurinos, dio también la palabra a José María Marco García-Mina (en la imagen de abajo, junto a Yolanda Barcina), que describió ante los aficionados madrileños las peculiaridades de la Casa de Misericordia como empresa taurina.
Aseguró que si su sistema de gestión ha sobrevivido 80 años ha sido posible gracias a la calidad de las personas que lo han gestionado, a su ilusión por la feria y a la ausencia total de ánimo de lucro o interés particular alguno. “El fin de la Casa no es ser una empresa taurina sino atender al bienestar de sus 550 residentes”.
Les contó cómo se construyó la plaza de toros, como repercutió en la fiesta de San Fermín la publicación de la novela de Hemingway en 1929, cómo aparecieron los primeros turistas norteamericanos y cómo se llegó a la institución de la Feria del Toro.
“Este homenaje, dijo, lo es también a la calidad humana de aquellas personas que nos precedieron por su buen hacer en las comisiones taurinas. Sin ellas hubiera sido impensable mantener la Feria del Toro, personas como Sebastián San Martin, padre de la idea, como Paco Irujo y Eduardo Lostau, que dieron su vida por la feria al perecer en un accidente cuando en el año 70 volvían de Sevilla de contratar corridas para Pamplona”. Citó también una larga lista de aficionados pamploneses, gentes de la comisión y de las Juntas de la Casa.
A Carlos Abella, consejero asuntos taurinos de la Comunidad de Madrid y escritor,no le fue difícil hablar ante las gentes de la Casa De Misericordia. Casado con la Navarra Carmen Gayarre Ruiz de Galarreta Galbete, comenzó evocando a su suegro, Salvador Gayarre, corredor de la Cuesta de Santo Domingo. “Su familia ha sido el entronque directo de Navarra en mi corazón y le rindo homenaje hoy en la figura de los muchos navarros que estáis aquí para deciros que algunos de los momentos más hermosos que yo he vivido los he disfrutado en Pamplona: amaneceres inolvidables, encierros extraordinarios, personas de una calidez humana que no olvido”.
Santiago Malpita, presidente de la Asociación de Veterinarios especialistas Taurinos, concluyó su intervención con un sueño: “Permítanme que hoy, en esta plaza de Las Ventas, sueñe con el chupinazo de las 8 en punto de la mañana y con la algarabía de los mozos en esa plaza única donde la gallarda valentía de un torero se mezcla con la bravura de un toro”.
Yolanda Barcina cerró el acto hablándoles de su “felicidad y orgullo” al recibir ese reconocimiento a la Casa de Misericordia. Les recordó que “la Feria del toro no podría entenderse sin las fiestas de San Fermín” y que esos días no tendrían su dimensión actual sin el papel principal que juegan los toros y que nada de todo ello sería a su vez posible “sin la vinculación de Pamplona y los pamploneses con el mundo del toro”, concluyó, no sin antes invitar a todos los presentes a las próximas fiestas.
Fuente: Diario de Navarra