La sobrepesca, la contaminación y la destrucción de hábitats arrasan los mares europeos

La riqueza de los mares y océanos europeos es enorme, no sólo por su variedad de hábitats, sino también por el gran número de especies que albergan. De hecho, de las 230.000 especies marinas que se han catalogado en todo el mundo, más de 31.000 habitan en aguas europeas. Pero toda esta valiosa diversidad lleva años en peligro debido a la sobrepesca, la contaminación y la destrucción de hábitats, recordó "Ocena" con motivo del Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebró el viernes pasado, y del Día Mundial de los Océanos, que tendrá lugar hoy 8 de junio.

Xavier Pastor, director ejecutivo de Oceana en Europa, dice que "lo que urge son planes de gestión sostenibles y medidas que garanticen el uso razonable del medio ambiente marino. Y, desde luego, establecer los mecanismos que garanticen el cumplimiento de estas medidas".

Y es que conservar los océanos es fundamental para aliviar el calentamiento global, ya que las aguas absorben millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2). Actualmente su capacidad de absorción se está viendo superada. Como consecuencia, aumentan las emisiones a la atmósfera, se elevan las temperaturas, se incrementa el deshielo y sube el nivel del mar. Al introducirse agua templada, se alteran las corrientes marinas, lo que afecta al clima continental.

Paralelamente a todo este proceso, los cambios en la temperatura y la química del agua marina reducen la diversidad biológica y facilitan la aparición de especies invasoras. El CO2 que absorben los océanos acidifica las aguas, destruye ecosistemas y pone en peligro los arrecifes de coral y los organismos que necesitan el calcio para formar sus esqueletos y caparazones, como los crustáceos.

Además del cambio climático, los océanos y mares europeos se enfrentan a otras dificultades como la sobrepesca. Según la Comisión Europea, el 88 % de nuestros "stocks" pesqueros están sobreexplotados. De ellos, el 69 % está en riesgo de agotamiento.

A esto se suma el problema de las capturas accidentales. "En algunas pesquerías, como los arrastreros franceses de profundidad, el porcentaje de descartes efectuados puede llegar a alcanzar el 90 % del peso total de la captura. En total, diariamente se descartan más de 3.000 toneladas de pescado", asegura la organización conservacionista.

Además, los arrastreros industriales están arrasando los fondos marinos con redes en forma de saco que capturan todo lo que se encuentran, incluyendo especies amenazadas de peces y destrozando esponjas y corales de siglos de antigüedad.

Con respecto a la contaminación, Oceana denuncia que el tráfico marítimo genera en Europa más de 20 millones de toneladas de residuos de hidrocarburos. "Casi el 40 % de los buques con pabellón comunitario muestra deficiencias en el cumplimiento del convenio MARPOL, que regula la contaminación marina".

La contaminación crónica por hidrocarburos que provocan el lavado de tanques, el vertido de aguas de sentinas y otros residuos oleosos "suponen un peligro al menos tres veces superior al que representan las mareas negras". A ello hay que añadir, dice la organización, los efectos de basuras y otros contaminantes.

En la actualidad, el Mediterráneo es el mar más contaminado del mundo por hidrocarburos, con más de 400.000 toneladas al año (cerca del 15 % de los vertidos de hidrocarburos del planeta). Por su parte, el Báltico tiene el récord en polución por fosfatos y nitratos, con cerca de 250.000 toneladas de nitrógeno y fósforo vertidas al año, casi 600 kilos por kilómetro cuadrado.

Funte: CONSUMER