La UE aconseja vacunar frente a la gripe A, en primer lugar a crónicos, embarazadas y sanitarios
La UE (o, mejor dicho, su Comité de Seguridad Sanitaria) ya tiene preparadas las primeras recomendaciones sobre quiénes deberán recibir de manera prioritaria -y siempre que ellos quieran- la vacuna para la nueva gripe. El grupo asesor de la Comisión de Sanidad no se ha salido de lo esperado, y ha decidido que la población prioritaria para ser inmunizada sean las mujeres embarazadas, los enfermos crónicos (desde diabéticos y obesos hasta asmáticos o inmunodeprimidos) y el personal sanitario.
Aunque las recomendaciones tienen todavía que ser acordadas por la Comisión (probablemente en una reunión con los ministros de Sanidad; hay una prevista para primeros de octubre), lo aconsejado está en línea con lo que han dicho hasta ahora otros organismos, como la Organización Mundial de la Salud y los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) de EE UU. Y lo lógico en estos casos es que en todas partes se sigan protocolos similares, porque es la mejor manera de verificar que funcionan y, sobre todo, porque los virus no entienden de fronteras, y nadie entendería que un grupo de población estuviera protegido en un país y, en cambio, no se le hubiera ofrecido tratamiento a las mismas personas porque estuvieran a seis horas de avión.
De todas formas, hay tiempo para afinar las previsiones, incluir a otros grupos o -mucho más improbable- excluir a alguno. La puesta a punto de una vacuna dura unos cinco meses. Teniendo en cuenta que los primeros ejemplares de virus se empezaron a repartir entre los laboratorios en mayo, hasta finales de septiembre no se tendrán las primeras dosis de vacunas. Y sólo entonces se sabrá cuántas dosis están disponibles, y, en función de ello, se podrá concretar más qué población las recibirá antes.
Lo que sí que parece claro es que esta gripe va a disparar las vacunaciones. En tres meses se ha creado una corriente de opinión que va a conseguir lo que años de campañas para que la gente se inmunice contra la gripe estacional no han conseguido.
Se calcula que los laboratorios se aproximarán a los 1.500 millones de dosis (el doble que las habituales de cada invierno). Y seguro que si fueran más, también las venderían. En total, la factura será de más de 20.000 millones de euros, calculan los expertos.
Fuente: EL PAIS