Inaugurado el Centro de Investigación de Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes de Zaragoza
La ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, inauguró el pasado martes el Centro de Investigación de Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes, en el Campus de Veterinaria de Zaragoza, un centro que será referencia para las investigaciones que requieran un alto grado de seguridad en biología, medicina o veterinaria.
Con una inversión global de 5,2 millones de euros, de los que 2,1 han sido aportados por el Gobierno de Aragón; 1,6 por el Ministerio a través de fondos Feder, y 1,5 por el Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino, este laboratorio supone un "ejemplo" de cómo la ciencia y sus instituciones juegan un papel esencial para hacer frente a los riesgos relacionados con la alimentación, con desastres medioambientales o con problemas de salud pública.
El nuevo centro, que ya lleva funcionando un año, tiene una superficie construida de 2.352 metros cuadrados, y en el mismo se halla un laboratorio de contención P-3, la más alta acreditación en bioseguridad de los laboratorios españoles, y que se concede a los laboratorios especialmente diseñados para manipular patógenos peligrosos que pueden causar infecciones potencialmente letales.
Contiene un área experimental para grandes animales y otra para animales de laboratorio, una sala de necropsias, una zona de preparación de nuestras y un banco de tejidos, ha explicado en el acto de inauguración el director del centro, Juan José Badiola.
En el laboratorio trabaja el grupo del Centro de Investigación en Encefalopatías Espongiformes Transmisibles y Enfermedades Animales Emergentes, que lidera proyectos nacionales e internacionales de primera línea y que en el futuro, gracias a la existencia de este laboratorio de máxima seguridad, comenzará a llevar a cabo estudios sobre otras enfermedades de importancia creciente, como la gripe aviar, la encefalitis producida por el virus West Nile, la lengua azul o la fiebre del valle del Rift.
Sus líneas de actuación actuales, ha explicado Badiola, se centran en hacer diagnósticos en vivo o post-mortem, en estudios sobre neurodegeneración y sobre la transmisión de las enfermedades, en hacer genotipados, en tipificar las cepas de las EET y en gestionar un banco de tejidos animales.
También podrá ser usado por otros grupos de investigación de la Universidad de Zaragoza y, de hecho ya se han firmado convenios con otros departamentos de la institución académica para estudiar aspectos relacionados con la rabia, con las cepas humanas de la tuberculosis multiresistente o de parasitología molecular.
Estos centros, ha dicho la ministra durante su intervención, suponen "nuevas capacidades" para el sistema científico español, puesto que España produce el tres por ciento de toda la ciencia que se genera en el mundo, colocándose entre los diez países más investigadores del mundo.
Este centro de investigación, ha dicho, no nació fruto de una reflexión política, sino a consecuencia de su larga trayectoria como centro de referencia nacional en EET, y es un "fiel reflejo" de la sintonía en esta materia entre la administración central y la autonómica, que identifican capacidades y singularidades de cada territorio para permitir estar "en la vanguardia del conocimiento".
La ministra ha recalcado el papel "cada vez más relevante" de la ciencia y la tecnología en la vida cotidiana, en aspectos relacionados con la seguridad alimentaria, el medio ambiente o la salud pública, como es el caso de la gestión de la pandemia de la Gripe A, que no ha calificado de "crisis de salud" pero si de "circunstancia que merece toda nuestra atención".
Fuente: COLVET