Cerca de 50 profesionales se reunieron en COLVEMA para profundizar en el conocimiento del campo de los insectos comestibles, una proteína de muy alto valor nutricional

Los insectos, son animales invertebrados artrópodos con más de 1.000.000 de especies descritas en el Planeta, de las que se consumen 1.900 especies que están presentes en la dieta de 2.000.000 de personas. Los insectos son fuente de proteína de muy alto valor nutricional y se estima que cada persona consume entre 480 y 900 g de insectos al año, de una manera involuntaria (zumos de frutas, brócoli, espinacas, etc).

Los insectos de mayor consumo a nivel mundial son: escarabajos, orugas, abejas, avispas, y hormigas; en menor cantidad también se consumen: saltamontes, grillos, cigarras y termitas; todos ellos, a través de diversas técnicas culinarias

¿Cuál es la situación actual del consumo de insectos?, ¿Cuáles son los insectos que se pueden comercializar en España y Europa? ¿Son o no son aceptados por los consumidores?, ¿Conlleva algún tipo de riesgo su consumo?

La Comisión de Formación del Colegio de Veterinarios de Madrid, organizó esta apasionante y educativa Jornada para abordar estos y otros muchos aspectos del mundo de los insectos comestibles de la que presentamos un breve resumen de lo allí tratado.


De izquierda a derecha, Alberto Cereceda, Laura Herrero, Felipe Vilas, Lázaro López Jurado y Jose Sánchez Grech

La inauguración de la misma corrió a cargo del presidente de COLVEMA, Felipe Vilas, que hizo hincapié en la necesidad de formación continuada de los profesionales y especialmente del conocimiento de campos como el que ocupaba el tema central de la charla, que es aún poco conocido y en el que los veterinarios, como garantes de la seguridad alimentaria, tienen un papel clave.

El primero en intervenir fue Jose Sánchez Grech, presidente de la Asociación Profesional de Promoción, Innovación y Desarrollo de la Insecticultura en España (APROINSECTA), que expuso la ponencia ”La insecticultura en España, una revolución alimentaria con una fuente de proteínas alternativa”.

El presidente de APROINSECTA, expuso brillantemente la situación del mercado mundial y español y explicó tanto cómo se diseña como el funcionamiento una granja de insectos.

También expresó razones, a su juicio, para consumir insectos y sus beneficios, entre los cuales destacó los beneficios ambientales, ya que el cultivo de insectos requiere hasta diez veces menos de tierra necesaria para producir un kilo de proteína, en comparación con la cría de animales tradicionales.

Asimismo, “la producción de gases de efecto invernadero (GEI), es inferior con respecto a la cría de ganado convencional”, apuntó. Además, continuó, "el consumo de insectos tiene otras ventajas como la de ser fuentes sostenibles de proteínas ya que se son susceptibles de criarse durante todo el año, la mayor parte del cuerpo es comestible, tienen una alta tasa de fecundidad y además, pueden nutrirse con restos de alimentos siempre que lo permita la legislación".

También destacó que los insectos son una buena fuente de micronutrientes como el hierro el zinc y la vitamina B y además es una alimentación alternativa para personas que pudieran tener alergia, por ejemplo, a la soja a la leche o al huevo.

A nivel de mercado mundial, a su juicio, “existen barreras a la demanda como, por ejemplo, la falta de un marco regulatorio, la existencia de barreras psicológicas (los veterinarios llevamos mucho tiempo luchando contra los insectos, exterminándolos como lucha contra plagas y nuestro subconsciente nos pone en contra “a priori” de estos animales) y también existen barreras éticas”.

Por ultimo hay un problema que es la posible existencia de alergias, puesto que se trata de artrópodos. A nivel mundial, en 2020 el mercado total fue de unos 890 millones de dólares y se prevé que para el futuro aumente el uso de grillos, de la mosca soldado y un incremento de producto como fuente de alimentación para mascotas y en alimentación de deportistas.

Finalizó exponiendo cómo es y cómo funciona una granja de insectos y, a modo de resumen, de recomendó a los veterinarios trabajar en estudios de mejora genética de los insectos, como un interesante campo futuro de investigación.

A continuación, Laura Herrero Montarelo, de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN), expuso cuál es la normativa actual sobre el consumo de insectos que se encuentran incluidos dentro del concepto “Novel Foods” (nuevos alimentos).

Habló de los de las distintas categorías que contempla la legislación sobre la comercialización de insectos enteros o sus partes. Expuso el procedimiento a seguir para su autorización mediante el procedimiento general o el tradicional de terceros países.

Comentó que el reglamento de aplicación es el Reglamento (UE) 2015/2283 por el que se autorizan bien sea secados, en polvo o congelados, las siguientes especies de insectos: Tenebrio molitor (Gusano de la harina); Acheta domesticus (Grillo domestico); Alphitobius diaperinus (Escarabajo del estiércol) y Locusta migratoria (Langosta).

Finalizó su exposición afirmando que, "en breve, estarán autorizados también la mosca soldado negra, la pupa de la abeja y algún otro insecto". Con respecto al etiquetado, comentó que debe ser claro y no dejar lugar a confusión alguna para el consumidor.

El último en intervenir fue Alberto Cereceda Chacón, Especialista en Seguridad Alimentaria y Salud Pública del Centro Militar de Veterinaria de la Defensa (Ministerio de Defensa) que habló sobre “Evaluación de riesgos asociados al consumo de insectos”.

El Veterinario Militar, expuso cómo se hace la evaluación de riesgos que lleva asociado el consumo de insectos, explicando que la misma le corresponde a la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).

Comenzó afirmando de manera rotunda, que tanto la ONU como la FAO, consideran la entomofagia como algo positivo para la salud y el medioambiente.

Expuso los factores anti nutrientes con que nos encontraremos en este tipo de alimentos, como son la quitina, los taninos, citatos, etc. También habló de los insectos fanerotóxicos (aguijones, pinzas, etc.) y de los criptotóxicos (que contienen hormonas esteroideas, como por ejemplo algunos escarabajos o los huevos de las cantaridas).

Describió también los riesgos de que existan en los insectos, ciertos parásitos y reacciones cruzadas de alergia con otros crustáceos, que es lo más preocupante (caso de los chapulines y el marisco). La contaminación cruzada es otro problema a tener en cuenta. Destacó también la posibilidad de la contaminación química, principalmente Cadmio, Plomo, Arsénico, Cobre, Cromo y Zinc, Dioxinas, PCBs, Micotoxinas y los residuos de antibióticos. Comentó que, en enero de 2023, se ha publicado un reglamento de ejecución que habla por primera vez de límites de estos contaminantes.

Para finalizar, explicó la diferencia entre insectos silvestres e insecticultura y reclamó una mayor producción científica en este campo, por parte de los veterinarios.


Tras las presentaciones, se estableció un interesante y enriquecedor debate, moderado por el coordinador de la jornada Lázaro López Jurado

Una vez finalizadas las excelentes presentaciones, se abrió el turno de preguntas de los cerca de 50 asistentes en las que Lázaro López Jurado, miembro de la Comisión de Formación de COLVEMA, que actuaba como coordinador y moderador de la jornada, fue dando la palabra a quienes lo solicitaron, abriéndose un interesante y enriquecedor debate.

Como conclusiones de la jornada podemos extraer:

  • El consumo de insectos por parte del hombre es una oportunidad fundamentalmente para emprendedores, puesto que hay grandes empresas que ofertan ayudas para que dichos emprendedores puedan desarrollar algunos productos que le puedan ser de interés para la venta. El problema de esto es que existe poca demanda, la poca demanda lleva a que haya una producción muy pobre y que esta pobre producción en pocas cantidades resulta muy cara y por tanto, es como “una pescadilla que se muerde la cola”.
     
  • El consumo en España hoy es anecdótico porque solamente se suele vender o hay demanda de estos productos en fechas muy señaladas como es la Navidad, Halloween o fiestas de cumpleaños que, a modo de anécdota o como curiosidad, compran estos productos para darle un punto de diferencia en este tipo de eventos.
     
  • El consumidor sigue sintiendo rechazo, aunque menos los jóvenes y deberán pasar generaciones hasta que se acepte este nuevo alimento tanto entero como en derivados, a pesar de que existen otros sitios donde sí que se aceptan, como por ejemplo en América (México donde se consumen los saltamontes o chapulines).
     
  • Los veterinarios deben ampliar conocimientos y profundizar en este apasionante campo.

Como colofón, se llevó a cabo una sabrosa y original degustación de productos hechos a base de insectos, que la mayor parte de los asistentes probó con ganas, aunque con cierto recelo.