La peste bovina podría ser declarada en breve como oficialmente extinta

En algún momento, durante los próximos 18 meses, la FAO y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), junto a otros asociados, declararán oficialmente que la peste bovina -una de las más devastadoras enfermedades animales que se conocen-, ha sido erradicada.

Sería la primera vez en la historia que la humanidad tiene éxito a la hora de eliminar una enfermedad animal y tan solo la segunda en que el resultado de la acción humana logra acabar con una enfermedad (la primera fue la viruela, en 1980).

La victoria llega tras décadas de una intensa campaña -liderada por la FAO junto a un amplio abanico de socios- para aislar a la peste bovina en sus últimos y escasos reductos y luego eliminarla para siempre, de una vez por todas.

La peste bovina no afecta directamente a los humanos pero es letal para el ganado y los animales ungulados (con pezuña, ndr) de los que dependen para obtener alimentos, ingresos y fuerza de tiro. Los índices de mortalidad durante los brotes pueden alcanzar el 100 % .

Causada por un virus y propagada por contacto y a través de materiales contaminados, la peste bovina ha acabado con millones de vacas, búfalos, yaks y sus parientes silvestres, causando cuantiosas pérdidas económicas y contribuyendo durante milenios a las hambrunas y a las revueltas sociales.

En su momento álgido en la década de 1920, la huella de la peste bovina se extendía desde Escandinavia hasta el Cabo de Buena Esperanza y desde la costa atlántica de África hasta las islas de Filipinas. Se llegaron a señalar brotes en Brasil y en Australia.

A principios de la década de 1980, la enfermedad todavía destruía rebaños en todo el mundo, provocando devastadoras epidemias en el sur de Asia, Oriente Medio y África. Las pérdidas en Nigeria en esa década alcanzaron los 2.000 millones de dólares EE.UU. Un brote en 1994 en el norte de Pakistán aniquiló a más de 50.000 vacas y búfalos antes de poder ser controlado con la ayuda de la FAO.

Aunque algunos países hicieron progresos durante el siglo XX en la lucha contra la peste bovina en sus propios territorios, la enfermedad sobrevivió y se mantuvo en otros, creando reservorios (reductos, ndr) desde los cuales se propagaba con regularidad.

Con el desarrollo de una nueva vacuna, desde 1960 se hicieron esfuerzos para combatir la peste bovina a gran escala a través de varias campañas regionales. Aunque satisfactorios en un primer momento, estos programas fueron suspendidos demasiado pronto, permitiendo que la enfermedad regresara con fuerza.

En1994 y tras una serie de consultas para obtener recomendaciones de expertos de todo el mundo, se lanzó el Programa mundial de erradicación de la peste bovina (PMEPB). El PMEPB se conformó como el centro de una gran telaraña: un mecanismo de coordinación global que permitiera a la comunidad internacional tomar conjuntamente el control de la peste bovina de forma sistemática y completa.

La FAO canalizó un gran volumen de ayuda técnica hacia los países con el fin de ayudarles en primer lugar a extinguir los brotes y luego a establecer las medidas y sistemas necesarios para que no volvieran a producirse.

Las actividades incluyeron: enseñar a los campesinos a reconocer e informar de la enfermedad, establecer planes de respuesta ante las emergencias, protocolos de bioseguridad y programas nacionales de control y vigilancia; formar veterinarios para el diseño e implementación de campañas para la recogida de muestras de sangre que estuvieran acompañadas de vigilancia clínica y el establecimiento de laboratorios.

La división conjunta de la FAO y la Agencia Internacional de la Energía Atómica (FAO/AIEA) de Viena trabajó para desarrollar y transferir a los países en desarrollo nuevas tecnologías para el diagnóstico de la peste bovina. El PMEPB, la OIE y FAO/IAEA desarrollaron además indicadores para evaluar los progresos de la campaña.

Como consecuencia de este esfuerzo conjunto, la peste bovina empezó a retroceder de forma lenta pero segura.

El objetivo del PMEPB consiste ahora en asistir a los países para llevar a cabo el concienzudo trabajo de asegurarse que el patógeno de la peste bovina es totalmente erradicado de su población animal y obtener así el estatus de "libre de la enfermedad" de la OIE, el organismo internacional encargado de certificar la presencia o no de las enfermedades animales.

Entre 1994 y 2009, cerca de 170 países y territorios lograron eliminar la peste y obtuvieron esta certificación, gracias al apoyo del PMEPB.

A principios de 2000, el virus de la peste bovina se limitaba a partes del "ecosistema somalí", un área que cubre el sur de Somalia y zonas adyacentes de Etiopia y Kenia, donde su huella podría todavía encontrarse en el flujo sanguíneo de ciertas poblaciones animales. El último brote de la enfermedad se registró en Kenia en 2001.

Hoy parece que el último reservorio de la peste ha sido eliminado, abriendo la puerta para certificar la total erradicación de la peste bovina a nivel mundial. La FAO se ha comprometido a completar las últimas actividades de control para el año próximo, en alianza con la OIE y todas las partes implicadas.

Fuente: AGROINFORMACION