"Es el momento de trabajar para el colectivo de compañeros veterinarios de la Administración General del Estado"

Entrevista a Esperanza Orellana, presidenta de la Asociación del Cuerpo Nacional Veterinario.

 

Tras una larga y exitosa trayectoria profesional, en 2024 ha sido nombrada presidenta de la Asociación del Cuerpo Nacional Veterinario, ¿qué significado tiene para usted este nombramiento?

 

Efectivamente, he puesto fin a una carrera profesional en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de más de 36 años. He dedicado mucho, y también he recibido mucho a lo largo de estos años. Pero por motivos familiares y personales decidí dar un paso al lado hace unos meses. En ese momento, los compañeros de la Asociación del Cuerpo Nacional Veterinario me propusieron presentar mi candidatura a presidir nuestra querida Asociación y lo he hecho con enorme placer, y también responsabilidad. Es el momento para mí de trabajar para el colectivo de compañeros veterinarios de la Administración General del Estado. Se trata de una Asociación con 70 años de historia que agrupa a unos fabulosos profesionales. A lo largo de mi carrera he compartido mucho con muchos de ellos y he aprendido enormemente de todos y todas con los que he trabajado en mis diferentes responsabilidades. Creo que atesoran un talento y unos conocimientos técnicos inigualables en el ámbito de la profesión veterinaria, y una extraordinaria vocación de servicio público.

 

¿Qué acciones pretende llevar a cabo al frente de la asociación?

 

Cuento con la ayuda y el trabajo de una excelente Junta Directiva que combina veteranía y juventud, muy activa y motivada. Nos planteamos, sobre todo, reforzar el reconocimiento de los veterinarios del CNV en distintos departamentos ministeriales, garantizando su presencia en áreas donde su talento, conocimiento, experiencia y versatilidad es fundamental. Por supuesto, los compañeros están mayoritariamente adscritos al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Pero creemos que podemos aportar más en áreas como el medio ambiente, Asuntos Exteriores o Comercio. Y cómo no en las áreas vinculadas a la salud pública. Creo que el actual enfoque de la sanidad bajo el concepto “Una sola salud” debe permitir el refuerzo de la presencia de nuestro colectivo en los ámbitos de salud de las personas, los animales y el planeta. Es por ellos que me congratulo particularmente de la reciente aprobación de la Orden de 22 de julio pasado, por la que se delimitan las actuaciones a realizar en los servicios de control oficial en frontera dependientes funcionalmente del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y del Ministerio de Sanidad. Supone realmente un reconocimiento de la necesidad de un enfoque integral de los controles de las mercancías que cruzan nuestras fronteras, y de la capacidad e idoneidad de los funcionarios del CNV para realizar esta tarea.

 

A lo largo de su carrera ha asumido muchas competencias y ha trabajado de la mano del sector en su desarrollo. ¿Qué importancia ha tenido la profesión veterinaria en este camino?

 

No puedo analizar mi trayectoria profesional al margen de mi formación como veterinaria y como funcionaria del Cuerpo Nacional Veterinario. Aunque, efectivamente, a lo largo de mi carrera he desempeñado puestos íntimamente ligados con mi profesión (en producción ganadera, en sanidad exterior, en trazabilidad, en políticas ganaderas en general), también lo he hecho en otras responsabilidades menos vinculadas con la profesión como tal (Desarrollo rural, política forestal, promoción alimentaria, o políticas agrarias). Pero mi aprendizaje y mis primeros pasos en la Administración los he dado de la mano de los sectores y profesionales ganaderos, incluidos por supuesto los compañeros veterinarios. Y eso ha sido esencial para poder desenvolverme después en otros ámbitos. Porque, siempre lo digo, los ganaderos y ganaderas y sus asociaciones siempre han trabajado codo con codo con la Administración, y conmigo en particular, con total lealtad y voluntad de construir. Y los compañeros veterinarios siempre me han demostrado muchísimo talento y capacidad para enfrentar los desafíos (que no han sido pocos en estos 36 años de mi carrera). Esa es una experiencia impagable para trabajar en cualquier ámbito.

 

¿Cuáles son las principales necesidades de los asociados de la Asociación del Cuerpo Nacional Veterinario y cómo tratan de solucionarlas?

 

En primer lugar, como he dicho anteriormente, el reconocimiento de sus habilidades en ámbitos en los que, desgraciadamente, aún estamos poco representados. Ello significa la posibilidad de acceso a puestos de trabajo que, de manera incomprensible, aún nos están “vetados”. Otro aspecto importante es mejorar la movilidad y la carrera profesional de los compañeros que prestan sus servicios en el territorio (delegaciones y subdelegaciones del Gobierno, Puestos de Inspección Fronteriza…). Todo ello lo tratamos de abordar desde el diálogo con los responsables de los Ministerios (Política Territorial, el propio Ministerio de Agricultura…).

 

También nos es muy demandada la formación continua de los compañeros, que creo que nuestra Asociación presta desde hace tiempo con gran éxito. Y, por supuesto, buscamos poder atender incluso individualmente consultas o dificultades de todos y cada uno de los asociados que nos lo demanden.

 

Para todo ello, contamos con Comisiones de trabajo especializadas en cada tema de las que forman parte los propios compañeros de la Asociación, que de manera altruista y con enorme dedicación colaboran en todas las tareas.

 

La comunicación es fundamental para transmitir una imagen moderna y adaptada a los nuevos tiempos. ¿Qué puede hacer la ACNV para conseguir un mayor reconocimiento de la profesión veterinaria?

 

Efectivamente, en mi experiencia profesional he podido conocer de primera mano y trabajar en los aspectos relacionados con la comunicación. En el ámbito agrícola y ganadero es particularmente necesario e importante, como hemos visto en especial en los últimos tiempos, en que la desconexión entre el mundo urbano y el rural se acentúa y realmente los ciudadanos conocen menos de lo deseable cómo se producen los alimentos que consumen o lo que los profesionales del sector hacen por ellos. En este aspecto, por supuesto, hay también una falta de conocimiento de la tarea que realizan los profesionales del Cuerpo Nacional veterinario.

 

Desde la Asociación trabajamos para ello, y no podemos ni debemos hacerlo solos. Los Colegios veterinarios, las facultades de veterinaria, son colaboradores imprescindibles. Para abrir la mirada de los ciudadanos y conocer el trabajo de los profesionales veterinarios. Conocer es el primer paso para ese reconocimiento.

 

¿Cree que se comunica lo suficiente y en buena calidad sobre la figura de los veterinarios o aún queda mucho por hacer?

 

La ciudadanía tiene una visión de la profesión veterinaria ligada casi exclusivamente a la medicina de mascotas. Nuestra tarea como Asociación del Cuerpo Nacional Veterinario en el ámbito de la comunicación es, en la medida de nuestras posibilidades, mostrar el papel esencial de nuestra profesión, y de nuestro colectivo en particular, en todos esos ámbitos de la producción de alimentos, de la salud animal y humana, de la protección animal o del medio ambiente, de la conservación del rico patrimonio genético de la ganadería española, de la innovación, del comercio internacional de productos agroalimentarios, y un larguísimo etcétera de labores que los veterinarios desempeñan cada día y son básicas para nuestra sociedad.

 

La comunicación, la real, basada en la evidencia y en el conocimiento de los propios profesionales, es crucial. Desgraciadamente, a veces un titular que impacte o un post en una red social que recoja una media verdad o un bulo, tiene más recorrido que la verdadera información. Creo que hay excelentes profesionales de la comunicación agroalimentaria. Pero en estos tiempos la información o la desinformación pueden proceder de cualquier fuente.

 

Por último y desde su punto de vista, ¿qué retos cree que tiene la profesión veterinaria por delante?

 

Para mí, y quizá en esto no soy del todo objetiva, hay uno especialmente importante. Y es que los estudiantes que ingresan o los compañeros que egresan de las facultades de veterinaria conozcan las posibilidades y la importancia de la labor de los veterinarios en el mundo rural. Es un ámbito de actividad apasionante, gratificante y más necesario que nunca. Estoy segura de que el ejercicio profesional con mascotas es lo que motiva a estudiar la carrera a la mayoría de los jóvenes que lo hacen. Pero no podemos quedarnos solo en eso.

 

Y no creo que deba entrar a valorar los retos o desafíos de la profesión en general, porque mi parcela ha sido siempre la veterinaria al servicio de la agricultura y la alimentación. Por ello, y centrándome en este aspecto, creo que el principal es el de avanzar y trabajar de manera conjunta, todos los profesionales que nos dedicamos al servicio público, en dar respuesta a las demandas de nuestros ciudadanos en los ámbitos en los que lo sabemos hacer mejor que nadie. La producción de alimentos sanos, seguros y en cantidad y calidad. La adaptación de esta producción a desafíos como el cambio climático, la falta de relevo generacional en el campo, o la necesaria innovación. Y todo ello, sin perder de vista que esto se debe hacer escuchando a los verdaderos protagonistas, que son agricultores, ganaderos y operadores que cumplen la función de, ni más ni menos, darnos de comer cada día.