El desgarrador testimonio de una veterinaria: “La DANA ha arrasado mi clínica que ahora no sería nada sin el equipo y el apoyo recibido”

La catástrofe provocada en Valencia por la DANA ha conmocionado a España entera. Este desastre natural ha provocado la muerte de cientos de personas y miles de animales, y ha arrasado con todo lo que ha encontrado, incluidos algunos centros veterinarios.

Es el caso de la Clínica Veterinaria Sedaví-Vet Partners, cuya directora María Vitoria, sin apenás batería en el móvil, ha explicado a Animal’s Health como está viviendo esta trágica situación durante uno de los momentos en los que tiene luz, ya que la electricidad va y viene en la zona afectada.

María Vitoria recuerda como cuando sobrevino el temporal su clínica veterinaria estaba abierta. Ella estaba en el dentista con sus hijas y escuchó a una señora decir que estaba entrando agua por Catarroja, el pueblo de al lado.

“Yo no sé por qué,  me puse muy nerviosa y me levanté con mis dos hijas del dentista y dije que no me atendieran que me quería ir. No estaba lloviendo, nadie nos dijo nada, pero me fui directa a la clínica”, rememora la veterinaria.

Al llegar al centro, la veterinaria les dijo a sus compañeras que se fueran lo antes posible y cogió a un perro que había ingresado y se lo subió a su propia casa. Afortunadamente, María Vitoria fue precavida, ya que como relata, sin que nadie les hubiese avisado, en un cuarto de hora la DANA desató toda su fuerza destructiva en la zona.

“En quince minutos, desde que yo estuve en la clínica hasta que logré llegar a mi casa con el perro ingresado el agua llegaba al cuello. Y nadie, nadie, nadie, nos avisó de nada”, remarca y explica que dos de sus compañeras no pudieron salir a tiempo para llegar a sus casas por sus propia cuenta, a una la tuvieron que ayudar a llegar y la otra tuvo que dormir en casa de un vecino porque no logró llegar a su hogar.

Durante la entrevista, tenemos que detener la conversación, ya que María Vitoria emocionada no puede continuar. Y es que, en ese instante, recuerda también el momento en el que su marido no podía acceder a su vivienda. “El agua le llegaba a la cintura y con la ayuda de unos vecinos consiguieron abrirle la puerta del portal porque de la presión del agua estaba cerrada. Nosotros somo muy afortunados porque vivimos en un cuarto piso, porque era un momento de mucho miedo ya que no había luz. Pudimos estar los cuatro juntos, con mi perra y el perro ingresado”, subraya.

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