Españoles avanzan en el control de parásitos en ganadería extensiva
El Grupo Operativo Funtrapa de la Universidad de Santiago de Compostela ha celebrado una jornada en la que ha explicado sus avances en el control de parásitos de granjas que trabajan bajo el esquema de bienestar animal
El Grupo Operativo Funtrapa presentaba el celebraba el pasado 17 de octubre su acto final de cierre de proyecto y presentación de resultados en una sesión que se pudo seguir online. El grupo surgió en 2022 para mejorar la sostenibilidad de la producción animal en granjas que trabajan bajo el esquema de bienestar animal y utilizan sistemas de alimentación basados en el pastoreo. El proyecto se diseñó, según explica la investigadora de la USC en Campus Terra, María Sol Arias Vázquez, para "cubrir una necesidad imprescindible en el pastoreo o ganadería extensiva, que es el control de parásitos".
Los regímenes pastoriles contribuyen al bienestar de los animales y a la obtención de alimentos con características únicas, muy apreciadas por los consumidores. Sin embargo, estos cambios no han ido acompañados de soluciones sostenibles que mitiguen o reduzcan los problemas y pérdidas asociadas a las infecciones parasitarias, permitiendo prevenirlas sin recurrir a tratamientos químicos.
A pesar de su alta eficacia, estos tratamientos pueden constituir un inconveniente que entra en conflicto con la biodiversidad de microorganismos esenciales. La solución propuesta por este grupo de trabajo consiste en la distribución de una mezcla de hongos capaces de destruir parásitos que se encuentran en el suelo y que pueden tener un impacto nocivo en animales y personas.
"Estos hongos se encuentran habitualmente en la naturaleza, son inofensivos para los microorganismos de vida libre, las especies animales e incluso las personas, así como para las plantas", explica el investigador. La distribución realizada mediante aspersión directa en potreros y áreas de pastoreo, o en terrenos con semillas forrajeras previamente sumergidas en el medio líquido con los hongos, redujo el riesgo de infección endoparásita por debajo del 40% en gallinas ponedoras y lechones en cebo. Las lesiones causadas por estos patógenos prácticamente desaparecieron (alrededor del 10%), y todo esto se logró además con una única desparasitación al año, antes de que los animales ingresen a los pastos.