Aprobada la ley contra el desperdicio alimentario: los bares darán envases para las sobras y los súper venderán productos “feos”
El Congreso ha aprobado la ley contra el desperdicio alimentario, que incluye medidas como la obligación de que bares y restaurantes ofrezcan envases para llevarse las sobras, la exigencia de que los supermercados donen sus excedentes, y la imposición de que todas las empresas de la cadena alimentaria cuenten con planes para evitar que la comida acabe en la basura. La Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario pretende reducir la cifra global de desperdicio, que en 2023 se situó en España en 1,214 millones de toneladas, según los últimos datos del Ministerio de Agricultura. Mientras, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima que cada año se desperdician en el mundo unos 1.300 millones de toneladas, alrededor del 30% de los alimentos que se producen, con un alto coste ambiental.
La norma se aprobó en el Congreso en primera lectura en diciembre con la mayoría de investidura, el voto en contra de Vox y la abstención del PP; este jueves tan solo se han votado las enmiendas que venían del Senado, tras las cuales la norma queda aprobada definitivamente. Las diferentes patronales y asociaciones de la cadena alimentaria coinciden en que es una ley pionera en un país europeo —aunque ya existe una en Cataluña—. “Vemos positivo que se armonice el tema del desperdicio alimentario. La ley cumple tres objetivos: el social, porque se evita desperdicia comida; el ambiental, porque fabricar alimentos supone consumos de agua, energía y gestión de residuos que se perderían; y también el económico, porque producir para acabar en la basura es perder eficiencia en la gestión”, apunta Paloma Sánchez Pello, directora de Competitividad de la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB). Estas son algunas de las novedades legislativas.
Planes contra el desperdicio en empresas
Una de las principales novedades de la norma consiste en que todas las empresas de la cadena alimentaria —producción, transformación, distribución de alimentos, así como hostelería y restauración— deberán elaborar planes de prevención de pérdidas y desperdicios. “Este tipo de planes diagnostican por qué se generan desperdicios y buscan alternativas viables técnicamente, ambientalmente y económicamente para reducirlas, con medidas de seguimiento periódicas. Hay excepciones con las pequeñas empresas”, explica Ignacio García Magarzo, director general de la Asociación Española de Empresas de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas).
La prioridad: la donación de alimentos
Cuando se desechen alimentos, la prioridad será siempre el consumo humano, a través de la donación o redistribución de alimentos a entidades sociales. “La industria de alimentación y bebidas lleva años haciendo donaciones de alimentos, y esto viene a armonizar lo que ya se hacía”, dice Sánchez, de (FIAB). El director de Asedas lo confirma: “En la práctica ya se hace, en la mayoría de los casos en los que no se dona es porque no se puede. Tenemos 20.000 establecimientos en zonas rurales y allí suele ser más difícil”. Las ONG del sector, en cambio, apuntan que no siempre es así y que mucha comida acaba en la basura. En cualquier caso, ahora pasa a ser una obligación legal. Nuria Pedraza, de la patronal Aecoc, tercia: “Ahora todo el mundo deberá hacer acuerdos de donación, el gran desafío es encontrar entidades receptoras con capacidad operativa para recoger y transportar esos productos en todas partes de España”. Si no se puede donar, la ley pide destinar los excedentes a alimentación animal, compost o biocombustibles, para lo que será fundamental la colaboración de los gestores de residuos.
Recipientes para las sobras en bares y restaurantes
Las empresas de hostelería tendrán la obligación de facilitar al consumidor que pueda llevarse los alimentos que no haya consumido en envases reutilizables o reciclables. El servicio será gratuito, aunque si los envases son de plástico se deben cobrar, como indica la ley de residuos. Emilio Gallego, secretario general de Hostelería de España, apunta: “La mayoría de establecimientos ya tienen algún tipo de operativa para ofrecer este servicio, con bolsas, recipientes, papel de aluminio… Y siempre sugerimos que los recipientes sean reciclables y reutilizables”. Patricia Estanheiro Mota, directora de Desarrollo de Hostelería Madrid, coincide: “Esto no va a ser un problema tampoco para los establecimientos pequeños, que ya pueden ofrecer medias raciones u otras soluciones para que la comida no sobre. Y si sobra, casi todos están sensibilizados”. En cualquier caso, ahora ninguno podrán negarse.
Incentivo a los productos de temporada, ecológicos y “feos”
Dentro de las recomendaciones, la ley pide a tiendas y supermercados que tengan líneas de venta con productos “feos”, “imperfectos” o “poco estéticos”, siempre que cumplan las normas sanitarias, así como que promuevan “los productos de temporada, los de proximidad, los ecológicos y los ambientalmente sostenibles”. “Es muy positivo que los productos ecológicos tengan más presencia en los supermercados”, dice Diego Granado, de Ecovalia. Pauline Bonnier, portavoz del supermercado cooperativo La Osa, señala: “Los supermercados cooperativos ya priorizamos estos productos y hacemos sensibilización a los consumidores para que sepan la procedencia, de forma que es mejor para ellos y para los productores. Es positivo que esto se extienda” a todo el sector. La norma pide además “exponer en lugar visible para las personas consumidoras información sobre la seguridad y beneficios del consumo de productos con imperfecciones o imperfectos”.