La UE se vuelca en coordinar la investigación veterinaria y médica en lo referente a la gripe
A estas alturas quedan pocas personas que no sepan que el nuevo virus de la gripe humana H1N1, que tanto ha asustado, pasó antes por animales como las aves y los cerdos, y que el virus de la gripe aviar, la de las aves, causa desastres económicos allá donde aparece, además de suponer una amenaza latente para los seres humanos.
El hecho es que los virus no distinguen entre los huéspedes humanos y los animales. Lo único que ven son los receptores en el exterior de las células que les permiten atacarlas y así multiplicarse dentro de ellas para sobrevivir. Y los receptores de aves, mamíferos y humanos son lo suficientemente parecidos como para que los virus de la gripe salten de unos a otros, dando lugar a mezclas potencialmente peligrosas.
Por todo esto y porque las enfermedades ya no tienen fronteras, la Unión Europea cree que ha llegado el momento de enfrentarse a la gripe de forma unitaria, coordinando la investigación en salud animal con la de salud humana y colaborando con países no europeos. "No nos podemos quedar quietos", afirma Etienn Bonbon, especialista en salud animal de la Comisión Europea. "Es un tema complejo, pero hay que hacerlo". Está en juego no sólo la posibilidad de prevenir en humanos una posible epidemia en tiempo de paz (cuando no la hay) sino también el desarrollo de nuevos medicamentos para tratarla si se produce. La estrategia a largo plazo es que la respuesta de investigación sea mucho más rápida que ahora. "Hay que recordar que Europa es el mayor suministrador de vacunas del mundo, con un 70 % del total", dice.
"Necesitamos una nueva aproximación a la gripe", asegura Ilaria Capua, directora del Instituto Zooprofiláctico Experimental de Venecia, donde se reunieron recientemente expertos para presentar las iniciativas europeas. "Todos los virus provienen de las aves salvajes y pasan por huéspedes intermedios. El cerdo tiene un papel esencial porque sus células permiten la replicación de los virus de aves y de mamíferos salvajes", recuerda Capua. Cuando dos virus distintos infectan la misma célula los genes de cada uno (agrupados en ocho segmentos) se recombinan en un nuevo virus, que tiene características de ambos progenitores, como en la reproducción sexual. "La combinación genética de los descendientes es imposible de predecir", recuerda esta experta italiana.
Por eso hay que vigilar lo que está pasando en la "coctelera vírica" que son los cerdos, pero tampoco se puede olvidar la vigilancia del nuevo virus de gripe aviar, muy patógeno, que puede borrar del mapa las granjas de aves de todo un país en muy poco tiempo si no se toman medidasnecesarias. "Tenemos que estudiar el conjunto de genes de los virus, no estudiar cada virus por separado", remacha Capua.
"El conocimiento es una herramienta y lo que queremos es integrar el nuevo conocimiento científico y progresar continuamente, especialmente en tiempo de paz", dice Isabel Mínguez, especialista de la Comisión Europea.
Un ejemplo de esta política es la nueva plataforma "Emperie", una red de laboratorios de excelencia de todo el mundo para que cataloguen los virus humanos y animales y permitan responder a nuevos brotes de enfermedades infecciosas emergentes. Participa, por parte española, el laboratorio del virólogo Luis Enjuanes, del Centro Nacional de Biotecnología (CSIC).
Fuente: EL PAIS. Malen Ruiz de Elvira