Europa destina dos millones de euros para investigar la cepa que provocó el brote de 'E. coli'
La UE quiere pertrecharse frente a futuras epidemias como la causada por la bacteria 'E. coli', que durante meses ha sembrado el pánico en Europa y, hasta el momento, se ha cobrado la vida de 46 personas, 45 de ellas en Alemania. Por este motivo, Bruselas ha decidido dedicar 12 millones de euros con cargo a sus fondos para investigación a un programa dirigido a luchar contra patógenos que puedan suponer un riesgo sobre la salud pública. Y, concretamente, de esos 12 millones se destinarán 2,1 a un proyecto denominado 'Antigone', que se ocupará específicamente del 'E. coli'.
"Nuestra política debe concentrar la financiación de la UE en materia de investigación e innovación en las cuestiones más importantes para los europeos y, evidentemente, la salud es la más importante", ha asegurado la comisaria de de Investigación, Innovación y Ciencia, Máire Geoghegan-Quinn.
Según explica el Ejecutivo comunitario, Antigone iniciará su labor en otoño, bajo la coordinación del Erasmus Medical Center (Holanda), con el objetivo de determinar los factores que propician el salto de los virus desde los animales hasta los humanos. Y después intentará tanto identificar posibles modos de erradicar las enfermedades como sacar conclusiones que posiblemente ayudarán a prevenir amenazas en el futuro.
El proyecto se desarrollará de forma conjunta en 14 centros e instituciones pertenecientes a siete estados miembros, entre los que figura la Universidad de Castilla-La Mancha. Y además colaborará estrechamente con otra iniciativa ya en marcha, 'Predemics', en la que también participa la Fundación Ramón Llull de Investigación de las Islas Baleares.
Al respecto de este tema, por fin Moscú ha levantado completamente el veto a las hortalizas procedentes de la UE. En plena crisis de la bacteria, Rusia llegó a prohibir la entrada de cualquier verdura europea. Pero semanas después, como resultado de las presiones del Ejecutivo comunitario, aceptó permitir la importación de aquellas que contaran con un sello pactado con Bruselas y que garantizaran su buen estado.
En concreto, Rusia exigía un certificado de origen de cada cargamento y la lista de entidades reguladoras nacionales que acreditaban que los productos no llegaban contaminados por la bacteria 'E. coli'. Según el pacto entre la Comisión Europea y Moscú, estos requisitos especiales debían levantarse 10 días después del último caso detectado en humanos, que se registró el pasado 27 de julio.
Fuente: EL MUNDO