Madrid trabajará este invierno en 1.500 hectáreas forestales para prevenir incendios

Las Brigadas Forestales de la Comunidad de Madrid han comenzado en los montes madrileños los trabajos preventivos que se llevan a cabo durante todo el invierno en los bosques una vez concluida la campaña contra incendios forestales. La consejera de Presidencia y Justicia, Regina Plañiol, visitó el pasado viernes a la unidad que trabaja en el paraje conocido como El Espaldar, en el término municipal de Lozoyuela para conocer de cerca estas labores con las que preparar el monte de cara a las épocas de máximo riesgo de incendios.

Regina Plañiol recordó el tradicional aforismo entre los profesionales forestales que dice que “los incendios de verano se apagan en invierno”. Y es que los óptimos resultados obtenidos en la lucha contra los incendios forestales por la Comunidad de Madrid a lo largo de los últimos años están directamente relacionados con las labores preventivas que se hicieron previamente en cada invierno.

En total, unos 350 profesionales, desde peones hasta ingenieros forestales, trabajan desde ahora y hasta el próximo mes de junio con el fin de adecuar los terrenos para evitar incendios y facilitar, en todo caso, las labores de extinción durante la campaña INFOMA del próximo verano. Los efectivos están distribuidos en 31 cuadrillas que actúan directamente en una superficie de unas 1.500 hectáreas.

El material utilizado por la brigadas forestales está compuesto por 130 motosierras y otras tantas desbrozadoras, 60 podadoras de altura, cinco tractores con distintas aplicaciones (astilladoras, desbrozadota de cadenas y trituradora de martillos), y una flota 60 vehículos para el apoyo al personal y logística.

El saneamiento y tratamiento preventivo de los montes consiste, fundamentalmente, en la realización de podas, desbroce de vegetación, limpieza de maleza y limpieza de los cortafuegos y fajas de seguridad que protegen las zonas arboladas. “En este tipo de trabajos --explicó Plañiol-- resultan muy importantes las podas que se hacen sobre los árboles, especialmente en la de las ramas más bajas para evitar que, en caso de incendio en el suelo, las llamas las alcancen y puedan llegar, a través de ellas, hasta la copa del árbol, lo que supone el máximo peligro en los incendios forestales”.

También son fundamentales los trabajos de limpieza de malezas cercanas a los árboles y la apertura de zonas de seguridad, que actúan como cortafuegos en caso de incendio. Las brigadas forestales prestan una gran atención a las zonas lindantes con las carreteras, lugares donde se inician un gran número de fuegos forestales, casi todos ellos surgidos como consecuencia de imprudencias (lanzamiento de colillas encendidas) y por chispas de los coches.

Una de las singularidades del terreno forestal en la Comunidad de Madrid es su proximidad y convivencia con asentamientos urbanos, ya sean pueblos o urbanizaciones, lo que aumenta el peligro de incendio para la vegetación, por lo que son uno de los objetivos primordiales en la campaña de prevención.

En este sentido, la tarea de las brigadas forestales se centra en la creación de las llamadas “fajas de seguridad”, que no son más que un pasillo de terreno, de anchura variable según las condiciones, que se establece en las proximidades de las urbanizaciones absolutamente limpios de vegetación.

Con ello se persiguen dos objetivos: por una parte, evitar que la acción humana pueda provocar directamente un incendio; y por otra, que la propia faja sirva de área de defensa sobre las construcciones en caso de incendio. En todos estos trabajos es fundamental eliminar los restos vegetales de manera que no supongan, ante un posible incendio, una fuente de combustible abandonado en el monte.

Para ello, las brigadas forestales trituran todos los restos de madera cortada de manera que se convierte en un manto vegetal en el propio suelo que no puede ser pasto de las llamas y que, además, supone un nutriente biológico para el propio monte. El Servicio de Incendios Forestales de la Comunidad de Madrid, dependiente de la Dirección General de Protección Ciudadana, es el encargado de llevar a cabo, cada invierno, el diseño de los trabajos que se han de realizar antes de que llegue la temporada de máximo riesgo para los incendios forestales en el próximo verano. Los parámetros sobre los que gira este planeamiento es la valoración de las zonas de vegetación de mayor peligro en caso de incendios y la protección de bienes y seguridad personal en los asentamientos humanos.