El Museo Reina Sofía de Madrid ha utilizado maderas ilegales de la Amazonia en las obras de ampliación, según Greenpeace

Un grupo de activistas de Greenpeace ha descolgado una pancarta de 100 metros cuadrados en la fachada del Museo Reina Sofía para denunciar que en las obras han utilizado madera de jatoba procedente de empresas con un amplio historial delictivo en el estado brasileño de Pará, región asolada por la tala y la deforestación ilegal.

La pancarta lleva el lema "Crimen Forestal en el Reina Sofía" y está pintada con motivos del Guernica. Los activistas han pintado el suelo de la entrada al Museo con árboles y el mensaje: "Exposición permanente: crimen en la Amazonia".

Miguel Angel Soto, responsable de la campaña de bosques de Greenpeace ha declarado que "una vez más, el dinero público se ha utilizado para financiar la destrucción de los bosques. Es urgente forzar a la UE a crear una Ley que prohíba la netrada de madera ilegal".

Para hacer esta obra de ampliación en el Museo, las empresas madereras han talado una superficie del Amazonas equivalente al parque del Retiro de Madrid.

En Enero de 2003, Greenpeace ya envió al Museo una carta que mostraba su preocupación por la procedencia de las maderas. Tras año y medio sin respuesta y tras publicar su denuncia en el diario El Mundo, el Museo respondió que "puede garantizar documentalmente la procedencia lícita de todas las maderas utilizadas".

En dichos documentos a los que Greenpeace tuvo acceso, se especificaba que Dragados había confiado en Maderas Besteiro, con sede en Lugo. Esta empresa, es a su vez importadora de tres empresas brasileñas con sede en Pará: Madereira Sao Marcos, Serraria Sao José y Maderira Santa Clara. Según fuentes del Instituto Brasileño de Medio Ambiente, las citadas empresas poseen un largo historial delictivo por utilizar, transportar y procesar madera talada ilegalmente, madera que finalmente ha sido blanqueada y vendida al mercado.

Maderira Sao Marcos ha sido multada en 4 ocasiones entre 2002 y 2004; las otras dos empresas pertenecen al mismo dueño y han sido multadas entre 1998 y 2004 por procesar madera sin docuemntación y por coultamiento ante las autoridades del informe sobre sus actividades.

Según Grrenpeace, "no sólo el Museo ha fallado a la hora de garantizar la legalidad de la madera sino que Dragados, la empresa constructora y Maderas Besteiro, el fabricante del suelo de jatoba, han echado por tierra sus compromisos medioambientales y sus códigos de buenas prácticas, que prometían garantías sobre la procedencia de la madera".

La selva amazónica, la mayor extensión de bosque tropical virgen del planeta, es el hogar de casi la mitad de las especies terrestres y de ríos conocidas. Allí viven 353 especies de mamíferos, 3.000 de peces, 1.000 de aves, 60.000 de plantas y unos 10 millones de especies de insectos. Además, la Amazonia juega un papel vital en el mantenimiento del régimen climático e hidrológico del planeta, aunque la deforestación de los últimos años está poniendo seriamente en peligro la zona.