Científicos neozelandeses crean vacas transgénicas capaces de producir leche especial para alérgicos
Desde hace años, la leche de vaca se ha convertido en el sustituto ideal de la leche materna pero las proteínas presentes en al leche animal son diferentes de las humanas lo que puede desencadenar reacciones alérgicas e intolerancias.
La beta-lactoglobulina es una proteína presente en la leche de vaca a la que son alérgicos entre un 2- 3 % de los niños menores de un año en los países desarrollados.
De las 30 proteínas que tiene la leche, las que suelen ser responsables de la mayoría de alergias son la caseína y la beta-lactoglobulina. Como explica a EL MUNDO María José Goicoetxea, del Departamento de Alergología e Inmunología Clínica de la Clínica Universidad de Navarra, "no todos los niños son alérgicos a las mismas proteínas, por lo que todos los intentos por modificar el alimento han fracasado".
La nueva técnica utilizada por los científicos de la Universidad de Waikato (Nueva Zelanda), consistió en localizar 10 secuencias de microRNA- cadenas cortas de ácido ribonucleico que median en la formación de proteínas- que bloqueaban la producción de beta-lactoglobulina. El método fue testado con éxito en ratones.
Para probarlo en ganado bovino, los investigadores diseñaron mediante transferencia nuclear un animal transgénico capaz de expresar la cadenas de microRNA identificadas previamente. Después, estimularon hormonalmente al animal transgénico y obtuvieron lo que esperaban: la leche producida por la vaca transgénica no contenía beta-lactoglobulina, pero aumentaba en gran medida la caseína.
Expertos alergólogos españoles como Carmen García Ara, del Hospital Infantil La Paz de Madrid, consideran que este tipo de producto evitaría las alergias en unos individuos pero no en otros que son alérgicos, por ejemplo, a la caseína u otras proteínas y, por otro lado, opinan que, antes de utilizar este tipo de productos, se deben hacer más estudios para valorar la seguridad de los alimentos transgénicos.
Para muchos de los expertos consultados, el único tratamiento eficaz es evitar el consumo y sustituir la leche de vaca por otras de arroz, soja o almendras.
Según la opinión de Fernando Asensio, de la Unidad de Medicina y Cirugía Experimental del Hospital Gregorio Marañón, "este es un descubrimiento que no está aislado, hay muchos grupos trabajando en este campo que abre un gran abanico de posibilidades", pero "no es fácil que un producto así se comercialice en Europa sino que es más factible que primero se apruebe en EEUU", explica Asensio
Fuente: EL MUNDO. Edición impresa 2/10/2012