El MAPA promueve el uso de las Guías de Prácticas Correctas de Higiene en las explotaciones ganaderas
El Director General de Ganadería del MAPA, Carlos Escribano, ha participado en el I Congreso Nacional de pastores que se celebra en Teruel del 21 al 23 de septiembre, moderando una mesa redonda en la que se ha debatido sobre la transferencia de buenas prácticas a la PAC en vacuno, ovino y caprino.
En este foro, el Director General ha resaltado la importancia de las Guías de Prácticas Correctas de Higiene, publicadas por el MAPA con la colaboración de las organizaciones sectoriales, una recopilación de recomendaciones prácticas para promover unas producciones sanas, seguras y de calidad, con plena garantía para el consumidor.
Se trata, ha explicado Carlos Escribano, de unos instrumentos que permitirán la aplicación del ya conocido como “paquete de higiene”, puesto en marcha por la Unión Europea a partir del año 2002, con el que se ha querido involucrar a los agricultores y ganaderos en la garantía de los requisitos de higiene alimentaria, para que, en el caso de los ganaderos de vacuno, ovino y caprino, sean conscientes de su implicación en la obtención y puesta en circulación de productos como la carne o la leche, de forma que estos productos entren en la cadena alimentaria cumpliendo todas las garantías para los consumidores.
En este sentido, ha resaltado el Director General, las Guías de Practicas Correctas de Higiene en las que se contemplan disposiciones sobre alimentación animal, medidas sanitarias y de bienestar de los animales, manejo general en las explotaciones, control de la contaminación y medidas de higiene personal, están adaptadas a las particularidades asociadas al perfil productivo de las explotaciones, siendo también de gran utilidad como asesoramiento en explotaciones ganaderas que no tienen superficie agrícola útil asociada a la explotación.
Carlos Escribano ha destacado igualmente la utilidad de estos documentos como complemento para la aplicación de los requisitos de seguridad alimentaria de la condicionalidad, establecidos en la reforma de la PAC de 2003, y basados en el mantenimiento de las explotaciones en buenas condiciones agrarias y medioambientales, y en la aplicación en la gestión diaria de las explotaciones de las directrices oficiales sobre medio ambiente, salud pública, sanidad y bienestar animal.