La vacuna de cáncer de cuello de útero llegará a España el próximo año

La autorización y próxima comercialización en Europa de la vacuna contra el cáncer de cérvix uterino o cuello de útero permitirá reducir el número de casos de este tumor, el segundo más frecuente en mujeres de entre 15 y 45 años, hasta en un 70 % . En España, "Gardasil" -denominación comercial del fármaco- podría estar disponible en el primer o segundo trimestre de 2007, según el jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Clínico Universitario San Carlos, José Antonio Vidart.

El cáncer de cuello de útero, a diferencia de otro tipo de tumores, está provocado por un virus de transmisión sexual. Se estima que hasta el 70 % de las mujeres y hombres sexualmente activos han estado expuestos al virus del papiloma humano (VPH) en algún momento de su vida.

En la mayor parte de las mujeres, sobre todo en las edades más jóvenes, el propio sistema inmunológico se encarga de eliminar la infección de forma espontánea, "pero los infectados con los tipos 6, 11, 16 y 18 del papiloma pueden terminar con lesiones en el cuello uterino, cáncer de cérvix o lesiones genitales externas, como verrugas", explica el especialista Antonio Huéscar. Así, el porcentaje de mujeres que tiene riesgo de padecer este tumor oscila entre el 10 % y el 15 % .

En estos momentos, la prevención pasa por la realización de citologías periódicas y por someterse al test del papiloma humano, aunque esta última medida sólo se usa en determinadas condiciones y no suele utilizarse antes de los 35 años para un cribado. Gracias a estas pruebas, se ha podido realizar un diagnóstico y un tratamiento con la suficiente precocidad como para disminuir a niveles insospechados la mortalidad por cáncer de cérvix.

Los especialistas recomiendan someterse a una citología anual una vez iniciada la actividad sexual, así como a partir de los 25 años de edad si no se han mantenido relaciones sexuales previamente. La periodicidad de la prueba es anual y si los resultados no muestran ninguna anormalidad, se pueden realizar cada tres años, aunque lo más recomendable es cada año.

La vacuna no va a evitar los cribados, aunque sí los modificará. Según afirma Vidart, gracias al nuevo fármaco se empezará más tarde y con un mayor intervalo de tiempo entre las pruebas. "El hecho de contar con esta vacuna supone un hito impresionante en la lucha contra este tipo de cáncer, ya que proporciona protección contra las consecuencias a corto y medio plazo de la infección viral", comenta Huéscar.