Mueren 37 ballenas piloto varadas junto a una refinería en la playa de Ruakaka en Nueva Zelanda
Un total de 37 ballenas piloto han muerto tras quedar varadas en una playa próxima a la refinería de Marsden Point, en la isla norte de Nueva Zelanda. Otras 40 pudieron ser trasladadas a aguas libres por decenas de voluntarios, guardacostas y embarcaciones particulares. La gigantesca operación de rescate fue coordinada por el Departamento de Conservación (DOC en sus siglas en inglés), que desplegó sus efectivos entre Hen y las islas Chickens, en el nordeste de la isla donde se encuentra la capital administrativa, Wellington y la ciudad más importante del país, Auckland.
Los componentes de los equipos de rescate vigilaron durante toda la jornada las evoluciones de las ballenas liberadas. "No podemos predecir qué van a hacer ni lo que pasará con ellas, lo único que podemos hacer ahora es desear que les vaya bien", manifestó Adrian Walker, responsable del Departamento de Conservación.
Todas las actuaciones realizadas para mitigar las consecuencias de este masivo varamiento se realizaron conforme a los protocolos establecidos. Asimismo, una solitaria ballena piloto llegada a Reotahi, en las afueras del puerto de Whangarei, fue recogida por personal del DOC y trasladada a aguas más profundas con la esperanza de que pueda volver a alta mar por sus medios.
Por el momento, los biólogos marinos no han establecido con total seguridad los motivos por los que manadas de cetáceos equivocan su rumbo y acaban muriendo en las playas. Algunas investigaciones apuntan a cambios sutiles en los campos magnéticos que alteran los sistemas de orientación de las ballenas y las empujan hacia aguas someras. En el último varamiento masivo en España, ocurrido en Burela en enero de 2003, la autopsia demostró que se trató de un error de la hembra más veterana de la manada, que padecía una invasión masiva de parásitos. El error costó la vida de 30 falsas orcas.