Expertos señalan la prevención como clave en la lucha frente a las enfermedades transmitidas por garrapatas, en una jornada celebrada en la sede del Colvema

La jornada, que contó con el patrocinio de Zoetis, fue inaugurada por el presidente del Colvema, Felipe Vilas, que destacó “la responsabilidad directa de los veterinarios en este campo no solo en el ámbito clínico sino como “prescriptores” de información científica a la sociedad, para lo que debemos actualizar nuestros conocimientos respecto a estos artrópodos y la epidemiología de las enfermedades que transmiten, que era el objetivo de la jornada.


De izquierda a derecha: Joaquín Goyache, Felipe Vilas y Agustín Estrada

El primer ponente en intervenir fue el profesor de parasitología de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza, Agustín Estrada (VER PRESENTACIÓN), uno de los expertos más reconocidos a nivel internacional en garrapatas y que fue quien detectó en 2010 el primer caso de presencia de virus de la fiebre hemorrágica Crimea-Congo en garrapatas encontradas en ciervos en Extremadura.

Por otro lado, el profesor Joaquín Goyache (VER PRESENTACIÓN), investigador del Laboratorio de Vigilancia Sanitaria Veterinaria (VISAVET) de la Universidad Complutense de Madrid, expuso la situación actual y perspectivas de futuro en lo que se refiere a la expansión de la enfermedad producida por el virus de Crimea-Congo.

Ambos ofrecieron datos actualizados de enorme interés y respondieron a numerosas cuestiones planteadas por los asistentes, de lo que pueden extraerse las siguientes CONCLUSIONES:

  1. Muchas de las variedades de garrapatas son parásitos de animales silvestres y en el caso de las aves, pueden “viajar” de unos territorios a otros.
  2. Pueden existir poblaciones de garrapatas "endófilas" (jardines, casetas de perros, hogares, madrigueras de pequeños carnívoros, nidos de aves) o “exófilas” (cualquier tipo de vegetación).
  3. Las garrapatas endófilas tienen mucha facilidad para sobrevivir ya que las condiciones de temperatura y humedad le son favorables y tienen al hospedador cerca para alimentarse por lo que su erradicación, una vez asentadas, es prácticamente imposible.
  4. Las garrapatas no pasan nunca de un hospedador animal a otro, y en el caso de las exófilas esperan en la vegetación a que pase el hospedador cerca para parasitarlo, salvo en las del género Hyaloma (transmisoras del virus de la fiebre Hemorrágica de Crimea-Congo) que se mueven “en busca” del hospedador animal.
  5. El clima influye en su supervivencia, desarrollo y acceso a los hospedadores
  6. Las garrapatas son los artrópodos que transmiten mayor variedad de patógenos zoonósicos en el Hemisferio Norte.
  7. Siempre son más comunes en zonas con alta densidad de grandes hospedadores (ungulados) que alimentan a los adultos (un ciervo adulto puede transportar cerca de 1500 garrapatas), pero no son reservorios de los patógenos.
  8. Los estadios inmaduros se alimentan sobre roedores y aves, que son los reservorios de los patógenos.
  9. La garrapata más común en perro transmite enfermedades como la rickettsiosis y la forma de evitarlo es proteger los perros contra las garrapatas e impedir que las garrapatas se establezcan en jardines o perreras, ya que una vez establecidas, el control y la erradicación son muy complicados por lo que es fundamental la prevención.
  10. Existen patrones ecológicos que están cambiando la distribución de la garrapata: el clima (otoños e inviernos cortos y cálidos) y el aumento del contacto de los humanos con los focos de la enfermedad.
  11. La enfermedad de Lyme es una enfermedad grave, de epidemiología compleja, transmitida por garrapatas del género Ixodes que se infectan a partir de roedores y aves que son los reservorios del patógeno (Borrelia burgdorferi) y existen más de 80.000 casos anuales en Europa.
  12. La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (FHCC) la produce un arbovirus cuya manipulación requiere de un nivel IV de bioseguridad biológica ya que no existe tratamiento para la enfermedad ni una vacuna de eficacia demostrada.
  13. En la FHCC los reservorios no son aves o roedores ni ungulados sino que es la propia garrapata (el virus pasa de la garrapata a sus huevos) y el roedor o el ave es el medio para que el virus pase de una garrapata a otra, pero no existe viremia suficiente en el animal para que manifieste síntomas de enfermedad.  
  14. Los vertebrados se pueden infectar por este virus y el porcentaje de animales seropositivos es directamente proporcional al grado de parasitación por garrapatas.
  15. La FHCC no es una enfermedad relevante en sanidad animal por ahora y de los casos humanos 2/3 no son diagnosticados al presentar únicamente síntomas febriles que pasan desapercibidos y la tasa de mortalidad (en casos en los que aparece una fase hemorrágica), no supera el 5%.

Según señalaron ambos expertos, es imposible erradicar las garrapatas completamente (incluso en pequeñas zonas), por lo que la PREVENCIÓN es la herramienta principal en la lucha frente a las enfermedades que transmiten a través de su picadura:

  • Si salimos al campo debemos tomar una serie de precauciones: utilizar pantalón largo de color claro (que permita ver las garrapatas), llevar manga larga, utilizar botas o llevar calcetines gruesos por fuera del pantalón y siempre revisarnos después de volver del campo para detectar la posible picadura de garrapatas
  • Es muy importante retirar la garrapata en un periodo corto de tiempo desde la picadura (inferior a 24 horas) ya que cuanto más tiempo lleve la garrapata adherida más posibilidades hay que transmita algún patógeno.
  • Para retirar correctamente una garrapata es necesaria la utilización de una pinza fina (tipo pinza de relojero) que nos permita sujetar la cabeza del parásito sin oprimir el cuerpo ya que entonces provocaríamos que excretara el contenido de glándula salival que es el que contiene el patógeno es caso de estar infectada.
  • Se debe realizar la maniobra de extracción con guantes y es aconsejable guardar la garrapata en un recipiente con alcohol de 96 grados o congelarla, para proceder a su análisis en caso de manifestar síntomas de enfermedad con posterioridad a la picadura.
  • A nivel institucional, se deben llevar a cabo campañas de comunicación activas para conocer la distribución, la estacionalidad y la carga de patógenos e impartir formación al personal sanitario.
  • Las autoridades sanitarias deben ofrecer información actualizada a la población (no solo cuando hay un problema)
  • Deben existir centros de referencia a los que se remitan sistemáticamente garrapatas para detección e identificación de patógenos