El objetivo de la Organización Mundial de la Salud es ayudar a los países a prevenir y controlar mejor el cáncer cervicouterino, que es una de las formas más mortíferas de cáncer para las mujeres del mundo entero, pero también una de las más fáciles de prevenir y provoca todos los años más de 270.000 defunciones, el 85% de ellas en países en desarrollo