La Comisión Europea ha publicado un informe en el que se hace un balance de la Directiva de 2007 que establece las normas mínimas para la protección de los pollos destinados a la producción de carne que concluye que dicha normativa ha facilitado un marco que ha permitido a los Estados miembros mejorar la gestión y la estabulación de los broilers, lo que ha repercutido de manera positiva sobre la salud y el bienestar de las aves